Descripción
El hecho de identificar el código sagrado de la humanidad da paso a descubrir un enigma de Jesucristo al que también le sucede que son muy pocas las personas que lo han descubierto a pesar de que está a la vista de todo el mundo.
El enigma de Jesucristo permanece escondido en los evangelios y sólo puede descubrirse cuando estos son leídos con los ojos abiertos.
El maestro no se cansó de repetir: “El que tenga ojos para ver que vea”. “El que tenga oídos para oír que oiga”.
Sucede que se han escrito bibliotecas enteras con el objeto de impedir que las personas puedan contemplar los mensajes de Jesucristo con los ojos abiertos.
A medida que transcurra el Siglo XXI, sucederá que se extinguirán tanto la religión convencional como la filosofía racionalista por la razón de que ambas fueron edificadas desde la perspectiva de los ojos cerrados.
En el momento que se contempla en el horizonte esta convulsión enorme no hay más remedio que empezar a contemplar el enigma de Jesucristo con los ojos abiertos.
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