Una nueva cosmología para la humanidad
Los promotores del Laberinto de la Verdad tienen el convencimiento de que disponen de materia prima suficiente para tratar de construir una cosmología novedosa que sea cien por cien racional, se sostenga en el método científico de conocimiento y no mantenga ninguna laguna relevante. Por ejemplo el misterio de los ritos religiosos del lado de la oscuridad que tienen la posibilidad de enfermar de muerte a una persona, enloquecerla o arruinar su negocio, y son conocidos con el término vago de magia negra, deberá ser explicado de una manera científica sin que quede ninguna duda relevante acerca del tema por insoportable que sea. Por ejemplo el misterio de los objetos voladores no identificados que han sido descritos por docenas de miles de seres humanos deberá ser explicado de forma cuerda y convincente de una vez para siempre.
Reconocemos que El Laberinto de la Verdad pone el listón muy arriba. Si sus propósitos se cumplen será porque la voluntad de Dios es que, por medio del laberinto recién nacido, llegue gran cantidad de luz a la Tierra y no será el mérito de nadie del mundo terrenal.
El Laberinto de la Verdad asume el compromiso de tratar de construir un esquema consistente de una cosmología definitiva de la humanidad en un plazo de tiempo razonable. Para ello disponemos de un instrumento que es la obra escrita de Bernard Mong Tse que permanece guardada en un cajón. Esta obra deberá ser el hilo conductor de nuestro propósito que se enriquecerá seguramente con las aportaciones de hombres y mujeres a los que todavía no conocemos.
El Laberinto de la Verdad tiene el propósito de tratar de llevar a cabo una obra colosal. Sin embargo el propósito es realista porque se sostiene en las experiencias milenarias de las escuelas sagradas de China y Occidente que en el momento que se fusionan dan muchísimo de si. La obra de Bernard Mong Tse gira en torno de la fusión de las experiencias de las dos escuelas sagradas, nacidas en los dos extremos del mundo de la antigüedad, de la que el autor es testigo privilegiado.
El propósito del Laberinto de la Verdad supone desvelar el magisterio de Jesucristo en toda su extensión lo cual tiene unas posibilidades inmensas pero exige no apartarse, en ningún momento, del ejemplo de la humildad que constituye el signo de identidad más claro de la conducta del maestro más elevado de la historia de la humanidad.
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