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Solo el cielo puede crear un guerrero

Solo el cielo puede crear un guerrero

Hubo un rey de Inglaterra que dijo que él podía crear un duque o un conde pero sólo Dios podía crear un caballero. El maestro de Bernard Mong Tse gustaba de repetir una máxima de la escuela sagrada de China que proclama que sólo el Cielo puede crear un guerrero.

El hecho de que la misma reflexión apareciera en las escuelas sagradas que vertebraban el lado luminoso de dos civilizaciones aparecidas en los extremos del mundo antiguo y, por esta razón, no habían tenido ninguna posibilidad de intercambiar experiencias, entre ellas, tiene un valor concluyente.

Es cierto que sólo el Cielo puede crear un guerrero pero esto sucede cuando el candidato ha hecho los méritos correspondientes ya que el Cielo posee el principio de exigir un pago elevado por las cosas que da y jamás regala nada de forma gratuita. Esta experiencia es exactamente la misma en la escuela sagrada de China y la escuela sagrada de Occidente y se trata de un hecho que llama mucho la atención.

El amor de Dios tiene dimensión infinita pero no llega a la Tierra de forma indiscriminada. Las escuelas sagradas hicieron este descubrimiento en tiempos inmemoriales aunque no contemplaban el amor de Dios sino la energía primordial que sostiene el Universo. El conocimiento acumulado por las escuelas sagradas tiene un valor inmenso porque ha sido destilado a lo largo de los siglos y los milenios y sólo se ha sustentado en la experiencia humana o bien en conceptos revelados pero verificados por la experiencia humana con objeto de comprobar que no son fraudulentos.

Hay que ser prudentes con las citas de La Biblia porque muchas de ellas fueron introducidas por los manipuladores con la única pretensión de crear el poder religioso que ejercería un dominio férreo sobre amplios colectivos humanos formados por hombres y mujeres que tenían la mente cien por cien dormida. El fenómeno de la manipulación tuvo lugar en los textos del Antiguo Testamento y afectó nada menos que al concepto de Dios al que se daba el nombre de Yahvé y se le atribuían acciones vengativas y arbitrarias que incluso podían ser obra del Diablo.

En el Nuevo Testamento la malicia de la manipulación alcanzaría la máxima expresión en la obra de los apóstoles Juan y Pablo. Nadie debe escandalizarse por este hecho que es explicado por la Ley Cósmica de la Correspondencia que enseña que no puede haber luz sin oscuridad de la misma manera que no puede haber oscuridad sin luz.

El Libro que tiene el título de El Laberinto de la Verdad y tiene más de mil páginas demuestra, por medio de un argumento de mucho peso, que un párrafo emblemático del Nuevo Testamento fue manipulado con la máxima malicia. Este argumento fue expuesto a dos especialistas en textos sagrados y, después de la sorpresa inicial, ambos reconocieron la manipulación maliciosa que no afecta al sentido de la verdad revelada pero si a la legitimidad del poder religioso que aparece subordinado a las sociedades secretas que, sin ninguna duda, fueron las inspiradoras de la manipulación.

La Biblia transmite un conocimiento que posee una coherencia inmensa que deja anonadados a los estudiosos serios y tiene el centro de gravedad en la figura de Jesucristo que permanece a salvo de todas las manipulaciones. Es posible descubrir el hilo conductor de la Revelación, desde el Libro del Génesis hasta el Libro del Apocalipsis, a pesar de que este último fuera manipulado, sin ningún decoro, hasta el punto de hacerse incomprensible en muchos momentos. El hilo conductor de La Biblia sólo resulta comprensible cuando se descubre que va orientado al despertar de la mente de los seres humanos que, un día u otro, deberán construir el Reino de Dios en la Tierra tal como pide la oración del Padrenuestro.

Los catecismos de las iglesias cristianas se sostienen en citas de la Biblia algunas de las cuales transmiten revelación pero otras fueron obra de los manipuladores que tenían la única pretensión de crear un poder religioso de carácter autoritario y opresivo. Ésta es la razón por lo que los textos doctrinales posean una coherencia de sabor artificial que, en el segundo decenio del Siglo XXI, sólo resulta convincente a los semejantes que tienen la mente cien por cien dormida.

Jesucristo explicó que sólo los hombres y las mujeres que cargan con su cruz podrían ser sus discípulos. Esta página del Evangelio no pudo ser manipulada porque el maestro dio el ejemplo de cargar con su cruz y morir clavado en ella. El magisterio de Jesucristo es muy duro porque está presidido por un hombre clavado en una cruz y esto no puede negarlo nadie.

El concepto de Dios con el que se llena la boca el señor que se viste con la sotana de color blanco constituye un fraude religioso monumental que puede ser desenmascarado por un procedimiento científico. Si las cosas no fueran así no sería lícito hacer un juicio que puede resultar ofensivo a muchos católicos.

El concepto de Dios del que estamos hablando ha permitido mantener en la confusión a millones y millones de seres humanos, a lo largo de los siglos, con objeto de someterlos al dominio del poder religioso. En las postrimerías del segundo decenio del Siglo XXI este concepto de Dios todavía permite llenar una explanada con unos cuantos centenares de miles de jóvenes idealistas e ingenuos, que aclaman al señor que se viste con la sotana de color blanco, pero la realidad implacable es que cada año que pasa hay menos familias que bautizan a los hijos y que los sociólogos reconocen que vivimos en una sociedad post-cristiana.

Hay una relación directa entre las explanadas atestadas de hombres y mujeres de mente dormida que aclaman al señor que se viste con la sotana de color blanco y las familias que han empezado a despertar del estado del sueño psíquico y deciden no bautizar a sus hijos. Algún día podrá demostrarse que esta relación se sostiene en la ciencia exacta de las matemáticas.

Mucho antes de que pueda divulgarse una demostración que tendrá carácter científico, tenemos el convencimiento de que son bastantes los miembros del clero católico que se percaten de que no hay más remedio que renunciar a las explanadas repletas de fieles de mente dormida con objeto emplear las energías en la regeneración de la Iglesia que, en cualquiera de los casos, será lenta porque sólo podrá ser protagonizada por hombres y sobre todo por mujeres de mente despierta que, todos ellos, viven sumergidos en la cultura del servicio sincero al prójimo que constituye el principal signo de identidad de todos los discípulos de Jesucristo con independencia que tengan la mente más dormida o la tengan más despierta.

Hay un porcentaje relevante de hombres y mujeres que siguen la página del Laberinto de la Verdad que muestran en sus perfiles que poseen la psicología del guerrero en un grado incipiente o incluso en un grado consolidada en el caso de algunos veteranos de ambos géneros. La psicología del guerrero, en lo esencial, es la misma entre los bautizados, los musulmanes y los hijos de las grandes civilizaciones de Asia. Este descubrimiento da lugar a una pieza determinante del laberinto que demuestra que los seres humanos que tienen los ojos abiertos ven las mismas cosas en todas partes.

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