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Los ritos religiosos:  una atenta reflexión  ( I )

Los ritos religiosos: una atenta reflexión ( I )

Ha llegado el momento de reflexionar acerca de una de las piezas más importantes del Laberinto de la Verdad. Nos referimos a los ritos religiosos del lado de la luz y los ritos religiosos del lado de la oscuridad. Hay muy pocas personas que saben que los ritos sagrados y los ritos oscuros constituyen nada menos que la clave del conocimiento verdadero de la humanidad y que esto es así, desde hace siglos y milenios, en todas las civilizaciones.

La mayoría de las escuelas filosóficas no participan de la experiencia de los ritos sagrados ni los ritos oscuros. Hay que decir, con todo respeto, que el conocimiento que no parte de la experiencia de los ritos tiene carácter idealista y está muy lejos de la verdad.

La experiencia de los ritos permite comprender que existe una relación misteriosa entre la materia y el espíritu y también permite adivinar que esta relación misteriosa se sostiene en las reglas de las matemáticas aunque se trata de un tema que seguramente no ha sido estudiado en serio por nadie.

En una ocasión dijimos que la fórmula de Einstein que relaciona la materia y la energía, por medio del cuadrado de la velocidad de la luz, podría ser la puerta de acceso al conocimiento definitivo de la humanidad en el caso de que se hiciera la hipótesis, altamente probable, de que la energía tiene una dimensión material y también tiene una dimensión espiritual lo cual supone que la materia también tiene una dimensión espiritual extremadamente sutil.

Los científicos que tienen la mente dormida ponen cara de sapo cuando escuchan esta hipótesis, pero los que tienen la mente despierta abren mucho los ojos y se encogen de hombros.

La filosofía racionalista constituye la cumbre del conocimiento idealista que está muy lejos de la verdad. Esta filosofía ha dado lugar a una cultura que ha adquirido dimensión global. Hay que explicar que esta cultura global constituye la cumbre del estado del sueño psíquico. En el segundo decenio del Siglo XXI la cultura global da lugar a manifestaciones del egoísmo y la estupidez humana que son tan escandalosas que hasta parece mentira que sean verdad.

Debemos hacer la previsión de que tanto la filosofía racionalista como la cultura global se derrumbarán, como castillos de naipes, por causa del proceso evolutivo de la humanidad y lo mismo sucederá con las doctrinas religiosas que también forman parte del ámbito de la mente dormida.

A medida que se perciban señales claras del derrumbamiento de las cosas, que dieron sentido a la vida de nuestros abuelos, habrá muchas más personas que no tendrán más remedio que buscar la verdad que ha permanecido escondida a lo largo de los siglos y los milenios. Las páginas de El Laberinto de la Verdad que se han creado en las redes sociales y los libros de Bernard Mong Tse tendrán la posibilidad de ayudar a centenares de millones de personas cuando se genere un deseo generalizado de conocer la verdad.

La experiencia de los ritos sagrados y los ritos oscuros ha sido mantenida en secreto a lo largo de la historia de la humanidad. Los depositarios de los ritos sagrados han sido siempre las escuelas sagradas que han cumplido la función de vertebrar el lado luminoso de las civilizaciones y las grandes religiones.

Los depositarios de los ritos oscuros han sido las sociedades secretas que han cumplido la función de mantener el dominio sobre los centros de poder que son más importantes que los demás, en especial los centros del poder financiero y los centros del poder religioso.

Los ritos sagrados cumplen la función de alinear las mentes de las personas con la energía primordial que fluye del Cielo a la Tierra y de la Tierra al Cielo. Debemos recordar que decidimos asimilar la energía primordial al amor del Creador del Universo y lo hicimos por medio de argumentos que se sostienen en el método científico de conocimiento.

Los ritos sagrados exigen que todos los celebrantes tengan el corazón embargado por el sentimiento de la sumisión incondicional ante el poder superior que protege el mundo material. Si no se da esta condición el rito no tienen ninguna posibilidad de funcionar bien. El poder superior puede ser Dios, puede ser el Cielo, puede ser el Espíritu Inmutable e incluso puede ser el misterio de la existencia tal como es contemplado por un agnóstico de elevada sensibilidad.

El concepto del poder superior es distinto en cada civilización y cada religión, pero el concepto de la sumisión incondicional ante el poder superior tiene carácter universal. Ésta es la razón por la que los ritos sagrados incluyen la posición de adoración.

En los libros de Bernard Mong Tse se describe un rito sagrado que tiene carácter inter-confesional. En este caso sucede que los cristianos se someten al Dios de la Biblia, los musulmanes se someten al Dios del Corán, los budistas y los adeptos de la religión tradicional de China se someten al Espíritu Inmutable y los agnósticos se someten al misterio de la existencia.

Puede asegurarse que las personas que no se sienten a gusto con las rodillas clavadas en el suelo, frente al Creador del Universo, no tienen ninguna posibilidad de comprender el sentido de un rito sagrado ni tampoco pueden adentrarse en el conocimiento de los secretos de la energía que constituye la clave tanto de la salud del alma como de la salud del cuerpo y sobre todo del aprendizaje del conocimiento verdadero.

El poder del rito está en relación al poder mental que han alcanzado los hombres y las mujeres que lo celebran. El poder mental de las personas tiene relación directa con el grado de fe y el grado de conciencia que éstas han alcanzado. Estos atributos son el resultado de los grandes sacrificios que ha habido en sus vidas y les han permitido tanto aprender lecciones singulares del conocimiento verdadero de la humanidad como alcanzar una posición de equilibrio entre el sufrimiento y la satisfacción, en un plano muy elevado, hasta el punto de que sus vivencias resultan inimaginables a la mayoría de sus semejantes.

La fe y la conciencia constituyen el sustento espiritual del rito, pero éste también precisa de un sustrato material que puede ser una simple vela que tiene un valor pequeño pero puede tener un valor muy grande en el caso de que la fórmula de la composición de la vela haya incorporado a la cera de abejas virgen un aceite esencial raro que procede de Malasia y tiene un valor muy elevado en el mercado. El valor dinerario de la vela puede ser una manera de medir el sacrificio material que han hecho los celebrantes del rito.

Los ritos del lado de la luz han sido divulgados por las escuelas sagradas con la máxima prudencia con objeto de que no pudieran apoderarse de ellos las sociedades secretas que tienen el dominio sobre los centros de poder.

Algunos ritos del lado de la luz han sido divulgados hasta el punto de que son conocidos por un buen número de grupos y asociaciones que tienen el cometido de la búsqueda del conocimiento lo cual les obliga a llevar a cabo el proceso de iniciación adecuado que obliga a sus miembros a convertirse en guerreros del lado de la luz.

La mayoría de grupos y asociaciones de tipo esotérico que se dan a conocer en Internet no tienen el cometido de buscar el conocimiento verdadero de la humanidad y se conforman con recrear fantasías que son más originales que las que son propias de las religiones convencionales. Lo mismo sucede con las órdenes neo-templarias. La forma más práctica de descubrir la calidad de una agrupación de estos tipos es examinando la experiencia que tienen en la celebración de ritos sagrados.

En una publicación anterior de El Laberinto de la Verdad se divulgó un rito sencillo que tiene la virtud de “limpiar” una vivienda de las causas de las influencias negativas que afectan las mentes humanas con objeto de que las personas que residen en aquel lugar tengan la posibilidad de armonizarse. El sustrato material de aquel rito es el azufre que arde, mientras dura la celebración del mismo, dando lugar al dióxido de azufre que es un gas que posee un olor extraño que no deja indiferente a nadie.

Los ritos de este tipo deben celebrarse con una periodicidad regular: por ejemplo una vez al mes. Las personas que participan en el rito descubren que, mes tras mes, llevan a cabo un cambio positivo en su conducta y es este cambio el que permite armonizar la vida del colectivo que puede ser una familia o un grupo de compañeros de trabajo. Estas personas descubren que los agentes del cambio son ellos mismos, pero tienen conciencia de que no habrían logrado su objetivo sin la ayuda del poder superior que ha presidido el rito.

Los ritos que merecen máxima confianza son los que contienen una petición al Padre de la Creación por medio de la intercesión de un arcángel que es el especialista en el tema que interesa a los celebrantes del rito. Los ritos de este tipo se celebran con las rodillas clavadas en el suelo y se subordinan a la voluntad de Dios. Los ritos que no reúnen estos requisitos son fraudulentos, en la mayoría de los casos, por el hecho de que los corazones de los celebrantes no están llenos de humildad.

Existen ritos que se han generalizado más que otros hasta el punto de que son conocidos por muchísimas personas. Por lo general estos ritos están muy degradados hasta el punto de que es discutible que tengan alguna eficacia. Incluso es posible que tengan un resultado contrario a los propósitos de los celebrantes del mismo.

Existen personas que poseen una larga experiencia en la celebración de ritos del lado de la luz. Estas personas saben muy bien lo que se llevan entre manos y merecen ser contemplados como profesionales de un oficio muy complicado aunque ninguna de ellas tiene el derecho a vivir del oficio complicado por muy eficiente que sea su trabajo.

En el lado de la oscuridad las cosas son completamente distintas hasta el punto de que los buenos profesionales de este ámbito del conocimiento pueden percibir honorarios que hacen mal a la vista por su cuantía ya que siempre se pagan en metálico.

El detalle que acabamos de mencionar permite contemplar la enorme distancia que existe entre la religión verdadera del lado de la luz y la religión verdadera del lado de la oscuridad.

Entre la religión verdadera del lado de la luz y la religión verdadera del lado de la oscuridad, que ambas se mantienen en el más absoluto secreto por razones opuestas, se extiende el mundo vastísimo de la penumbra y el fraude que da de comer a muchísimos profesionales que se anuncian en los periódicos y en algunas páginas de Internet.

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