Los que eligen al Dios verdadero y otras reflexiones de verano
El equipo de profesionales que se ocupa de elaborar la página del Laberinto de la Verdad ha llevado a cabo una reflexión colectiva, un poco larga, que ha coincidido con el inicio del verano y la ola de calor que ha afectado, en extremo, la zona de España donde tiene la sede la editorial titular de la página.
La reflexión, un poco larga, ha girado en torno del carácter que habían alcanzado las últimas publicaciones en las que se describe la experiencia de los guerreros del lado de la luz que tenían escrito, en su destino, pasar por la prueba tremenda de no tener más remedio que elegir entre el dios del dinero y el verdadero Dios e hicieron la elección correcta en una situación límite.
La experiencia de la que estamos hablando es propia de poquísimas personas hasta el punto de que nosotros sólo conocemos a cuatro de ellas y una de las cuatro es el mismo Bernard Mong Tse autor de los libros que tenemos el propósito de divulgar.
Alguien puede pensar que es desproporcionado dar una importancia tan grande a una experiencia que afecta a poquísimas personas. Esperamos que, a medida que transcurran las semanas del verano y las publicaciones alcancen otro cariz que será mucho más amable, la experiencia de los elegidos se contemple en el justo término.
En los libros de Bernard Mong Tse la experiencia de los guerreros del lado de la luz que no tuvieron más remedio que elegir el verdadero Dios cuando tuvieron la oportunidad de elegir el dios del dinero y hacerse más o menos ricos aparece muy bien explicada, pero ocupa un espacio pequeño en la narración que descansa, por encima de todo, en las experiencias de varias docenas de personajes que tenían escrito en el Cielo un destino mucho menos heroico que puede ser catalogado como vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía.
Tiene un gran sentido divulgar la experiencia de un hombre o una mujer que tienen la posibilidad de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía porque se trata de una experiencia apasionante, por el hecho de que permite alcanzar la máxima intensidad de emociones y sensaciones que es propia del estado de plenitud que sólo son capaces de alcanzar las personas que hallan el sentido auténtico de la vida.
Dicho esto hay que añadir que no sería legítimo divulgar la experiencia apasionante de un hombre o una mujer que consiguen vivir a caballo entre los dos lados de la energía, si antes de ello, no se divulga la experiencia de los guerreros que no tuvieron más remedio que elegir el lado de la luz sobre el lado de la oscuridad, lo cual pondría fin a la experiencia apasionante y daría origen a la experiencia heroica que tiene como referentes al Patriarca Job y el maestro Mong Tse.
Bernard Mong Tse tuvo la oportunidad de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía a lo largo de unos cuantos años de su vida hasta que descubrió que tenía escrito en el Cielo pasar por la prueba tremenda de no tener más remedio que elegir entre el dios del dinero y el verdadero Dios. El autor de los libros sabe muy bien de lo que habla tanto cuando describe la experiencia apasionante de los llamados, que son muchos, como cuando describe la experiencia heroica de los elegidos que son muy pocos.
De acuerdo con nuestra propia experiencia sólo pueden proponerse vivir a caballo, entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía, las personas que han cumplido por lo menos cuarenta años, han alcanzado el estado de la mente despierta y, en el momento que se han percatado de que el mundo real que domina el mundo aparente que tenemos a la vista tiene un lado luminoso y un lado oscuro, han percibido, con toda claridad, que ellos llevan dentro el impulso a elegir el lado luminoso del mismo que es realmente el lado luminoso de la energía, pero sin romper con algunas de las ventajas que forman parte del otro lado de la energía y tienen que ver con el impulso de ganar dinero y alcanzar una elevada calidad de vida.
Pondremos un ejemplo claro de una persona que lleva dentro el impulso a elegir el lado luminoso de la energía pero descubre que su destino es vivir a caballo entre los dos lados de la misma. Invitamos a pensar en un joven que ha cumplido treinta y cinco años de edad y está cerca de convertirse en un ejecutivo de primer nivel en una compañía multinacional de primera fila.
El joven del ejemplo tiene conciencia de que existe un mundo oculto que mantiene un poder determinante sobre el mundo convencional, pero este tema no le quita el sueño. El joven también sabe que lleva dentro los impulsos de la justicia, la compasión y la conciliación y a menudo debe controlarlos con objeto de que no le jueguen una mala pasada en la lucha despiadada en que se sustenta toda carrera profesional exitosa.
El joven del ejemplo también lleva dentro el impulso de convertirse en un ejecutivo de primer nivel en la compañía donde tiene su empleo o en otra que pueda toparse en su camino un día u otro. El joven tiene el convencimiento de que su ambición de poder es legítima porque lo quiere para hacer cosas que traerán un beneficio a muchas personas. Le sucede que también siente el deseo de que su familia alcance una elevada calidad de vida y sus hijos puedan gozar de las mejores posibilidades en su educación.
El joven del ejemplo sabe todas estas cosas, pero todavía no sabe que sus deseos legítimos sólo se convertirán en realidad si él tiene escrito en el Cielo el destino de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía.
El ejemplo que hemos contemplado se ha referido a un ejecutivo pero también podría referirse a un trabajador autónomo o asalariado que persigue el proyecto de crear un negocio propio aunque no tiene prisa en ello. También podríamos referirnos a un hombre o una mujer que han accedido a una plaza de funcionario público y tiene por delante una carrera en un ámbito u otro de la administración, la diplomacia, los cuerpos de seguridad, las fuerzas armadas, etc.
En los libros de Bernard Mong Tse se describen tres docenas de tipos humanos que tienen escrito en el Cielo el destino de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía y consiguen su propósito. Todos ellos forman parte del colectivo amplísimo al que Jesucristo dio el nombre de los llamados.
En los libros de Bernard Mong Tse se plasma la experiencia de estas tres docenas de personas mientras transcurren quince años que se corresponden a la mitad de una generación. Esto significa que la joven que había cumplido treinta años, acababa de conseguir su plaza en un servicio de pediatría de un gran hospital y tenía un niño que acababa de ingresar en la escuela primaria, habrá cumplido cuarenta y cinco años, habrá alcanzado el momento de máxima plenitud de la belleza femenina, gracias a la ayuda del gimnasio, las cremas protectoras de la piel y el maquillaje, mientras su hijo estará cerca de diplomarse en la facultad de economía.
La mayoría de las tres docenas de personajes que aparecen en los libros de Bernard Mong Tse, tendrán la posibilidad de disfrutar de la experiencia apasionante de vivir a caballo entre los dos lados de la energía a lo largo de toda su vida profesional. Muy pocos de ellos descubrirán, en el momento más inesperado, que forman parte del colectivo minúsculo de los elegidos y no tendrán más remedio que escoger el lado de la luz y pagar las consecuencias que esperan a todos los que hacen esta acción en un mundo que permanece dominado, de forma férrea, por el poder del lado de la oscuridad.
En los libros de Bernard Mong Tse aparecen unos cuantos matrimonios que consiguen la proeza de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía mientras crían a los niños. En estos libros se describen gran número de experiencias que llenan la existencia de estas personas en el período clave de la vida que va de los treinta y tantos años al momento de cumplir medio siglo.
Los protagonistas de los libros de Bernard Mong Tse son campeones en anotar las sensaciones y las emociones que permiten definir el estado de plenitud. La mayoría de ellos viven en las ciudades de Hong Kong y Nueva York y no tiene más remedio que realizar jornadas de trabajo agotadoras, pero también tienen la posibilidad de entregarse a vivencias maravillosas de ocio merecido en compañía de sus seres queridos y sus amigos. Las vivencias maravillosas incluyen los escenarios tropicales del sur del continente asiático y los paisajes más sugerentes del mundo que se hallan en rincones remotos de China.
Las tres docenas de personajes que son los protagonistas de los libros de Bernard Mong Tse tienen muchas posibilidades de convertirse en héroes positivos de un mundo mejor del que ahora contemplamos. Esto parece que está asegurado, pero existe la incógnita acerca de los años que deberemos esperar a que lo podamos contemplar con nuestros propios ojos.
Estos héroes positivos demostrarán que son campeones de la calidad de la vida porque han pasado por pruebas tremendas en el terreno de la familia, la carrera profesional, el dinero y el sexo y han sido capaces de superar las pruebas con buena nota aunque no siempre a la primera. La condición de guerrero, capaz de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía, no es un regalo sino que es un premio merecido.
Para vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía hay que ser un guerrero. Los hombres y las mujeres que no tienen fibra de guerrero no deben interesarse por esta experiencia ya que está muy lejos de sus posibilidades.
Las cosas son de esta manera porque el concepto de vivir a caballo entre los dos lados de la energía no se sostiene en el eclecticismo sino en la conquista de la armonía lo cual permite demostrar que la ley cósmica, que posee carácter definitivo, tiene la posibilidad de manifestarse en la vida de una familia típica que forma parte del conglomerado ilimitado de las clases trabajadoras cualificadas, las clases medias laboriosas e incluso las clases medias altas a condición de que también sean laboriosas.
El concepto de vivir a caballo entre el lado de la luz y el lado de la oscuridad de la energía es un propósito legítimo para cualquier pareja joven formada por un hombre y una mujer que tienen fibra de guerreros. Los libros de Bernard Mong Tse divulgan estos arquetipos que tienen carácter apasionante porque es necesario que haya muchas experiencias del tipo de las que estamos hablando.
Las experiencias de este tipo tienen la función de contribuir a hacer posible la manifestación de la Ley Cósmica de la Armonía que, en términos prácticos, deberá ser la extensión de la Revolución del Amor por todos los países lo cual traerá consigo la llegada del Reino de Dios a la Tierra tal como piden los cristianos cuando rezan la oración del Padrenuestro.
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