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La Revolución del Amor

La Revolución del Amor

En los libros de Bernard Mong Tse se desmenuza el Programa de la Revolución del Amor que tiene ámbito mundial. El programa es elaborado, a lo largo de unos cuantos años, por tres grupos de trabajo que residen en tres continentes. 

Hay que recordar que los libros de Bernard Mong Tse están articulados por un relato novelado que se inicia en el medio del primer decenio del Siglo XXI y ocupan el período de tiempo que se corresponde a la mitad de una generación.

El programa de la Revolución del Amor se sustenta en el patrimonio de las escuelas sagradas de China y Occidente y recoge experiencias reales diversas que forman parte del lado luminoso de las distintas Iglesias Cristianas, El Islam, el Budismo, el Hinduismo y las tradiciones espirituales de China que son herederas de la antigua sabiduría de aquel país que es la que ha conseguido plasmar, con mayor claridad, las Leyes Cósmicas de la Correspondencia y la Armonía que están anunciadas, de forma sutil, en La Biblia y constituyen el hito más elevado de la revelación que el Cielo ha hecho llegar a la Tierra.

Los grupos de trabajo que elaboran el programa, a lo largo de los últimos años del primer decenio del Siglo XXI y lo perfeccionan a lo largo de los años siguientes, están formados por profesionales que proceden de todos continentes, pertenecen a una docena de nacionalidades y son fieles de todas las grandes religiones de la humanidad o permanecen identificados con el agnosticismo humanista que posee una raíz cristiana y es una opción válida frente al descrédito irreversible de la religión que afecta a la mayoría de los países de la vieja Europa. Casi todos estos profesionales han cumplido entre treinta y largos años y cincuenta y pocos años y son padres o madres de familia. Entre ellos también hay algún veterano que ha superado la edad de la jubilación y goza del privilegio de jugar con los nietos.

Los hombres y mujeres, que elaboran el programa de la Revolución del Amor, son ejecutivos de compañías más o menos importantes, empresarios, médicos y técnicos sanitarios, profesores de economía y derecho constitucional, ingenieros expertos en las tecnologías de los alimentos, arquitectos expertos en las tecnologías de la construcción de edificios inteligentes, abogados, policías, informáticos, periodistas, sindicalistas serios, profesionales de la psicología y la psiquiatría clínica y brokers de las bolsas de Hong Kong y Nueva York y el mercado de petrodólares que están al corriente de las noticias que son las más importantes de todas, a pesar de que no aparecen jamás en los periódicos y los informativos de las cadenas de televisión.

El programa de la Revolución del Amor, surgido del trabajo continuado que ocupa bastantes años y afecta a tres colectivos de guerreros que viven en tres continentes y están formados por hombres y mujeres que tienen la mente despierta y han elegido el lado de la luz de la energía, posee una coherencia que resulta muy difícil de poner en cuestión a las personas que están bien informadas. Por esta razón tiene la posibilidad de alcanzar gran credibilidad.

El programa de la Revolución del Amor no tiene carácter político, pero tiene la posibilidad de resolver los problemas que son más importantes de todos por ejemplo el de los jóvenes, de muchos países del mundo, que no tienen la posibilidad de obtener un empleo digno a pesar de haber obtenido un diploma en una escuela profesional, una escuela técnica superior o una facultad universitaria. Este problema está en el origen de las migraciones desordenadas de población que dan lugar a grandes tragedias que son motivo de depresión para las personas más sensibles y constituyen la materia prima que alimenta a los partidos de la extrema derecha que cumplen la función de dividir a la sociedad y enfocar el odio hacia los más desafortunados.

Los problemas más importantes de todos no tienen solución desde el ámbito de la política que es posible en el segundo decenio del Siglo XXI. Esta política permanece entroncada en el abanico de las ideologías que, ahora mismo, resultan sugerentes a los colectivos humanos. Las ideologías políticas pueden tener corte conservador, liberal, progresista, socialista, nacionalista, populista o puramente demagógico.

Todas estas etiquetas cumplen la función de ser cuernos del Diablo que gozan de la cualidad de retroalimentarse entre ellos y dar lugar a debates más o menos encendidos. Cuando sucede esto las etiquetas políticas actúan como somníferos que adormecen las mentes de los seres humanos que se identifican con ellas más allá del mínimo razonable que resulta imprescindible a la hora de ejercer los derechos ciudadanos.

Las ideologías políticas, de todos los tipos, forman parte del ámbito de la mente dormida. Esto significa que permanecen subordinadas a los intereses de los centros reales de poder que no tienen ninguna visibilidad, pero forman parte del ámbito de la mente despierta.

Existen manifestaciones del pensamiento liberal e incluso el pensamiento libertario y el que tiene como referente el llamado socialismo utópico que hacen una crítica lúcida de los sistemas de poder de todos los tipos. Estas maneras de pensar no cumplen la función de generar somníferos sino que más bien empujan al ser humano a despertar del estado del sueño psíquico. Los hombres y las mujeres que se identifican con estas maneras de pensar acostumbran a no participar en las convocatorias electorales o lo hacen, sólo en momentos límite, como una acción de responsabilidad ciudadana, pero sin ningún entusiasmo y en beneficio de la moderación tenga el color que tenga.

Algunas de estas personas se ocupan de desarrollar experiencias que demuestran que es posible organizar la sociedad al margen de los sistemas de poder. En los libros de Bernard Mong Tse aparecen varias experiencias de autogestión aplicadas a un gran hospital, un municipio medio y otras entidades más modestas. En todos los casos se demuestra que existen alternativas que giran en torno del concepto del servicio y son más eficientes que los modelos que giran en torno del concepto del poder.

El Programa de la Revolución del Amor que figura en los libros de Bernard Mong Tse tiene la pretensión de constituir un referente que pueda aglutinar experiencias que se sostengan en el concepto luminoso del servicio en vez de hacerlo en el concepto del poder que posee una matriz oscura al margen de la voluntad de los políticos que pueden ser personas magníficas o pueden no serlo. Esto significa que el programa que divulgaremos cumplirá la función de ser un borrador de un documento definitivo que deberá recoger un gran número de aportaciones.

Una vez sea divulgado el programa de la Revolución del Amor definitivo y éste haya alcanzado un grado crítico de credibilidad, nadie podrá prever cuando llegará el final y como será el final. Este proceso es imprevisible ya que depende de la capacidad de resistencia que demuestre tener el entramado de las sociedades secretas que tienen la cabeza en el Club de los Dueños del Mundo. Este entramado secreto posee un dominio, casi absoluto, de los centros del poder financiero y, por medio de ellos, también lo tienen de los restantes centros de poder en la medida que el dinero, en mayúsculas, tiene un poder casi ilimitado de cerrar bocas y comprar voluntades.

Una vez sea conocido este programa, por un número suficiente de personas, existirá la confianza en que podrá haber un final que dará paso a la Revolución del Amor que cumplirá la función de abrir las puertas a la llegada del Reino de Dios a la Tierra tal como pide la oración del Padrenuestro desde hace veinte siglos.

Los profesionales que elaboran el programa de la Revolución del Amor, en el relato novelado que da lugar a los libros de Bernard Mong Tse, responden al concepto de guerreros del lado de la luz y discípulos de Jesucristo. Algunos de ellos creen que el maestro es el Hijo Unigénico de Dios y hacen la señal de la cruz en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, otros lo contemplan como el Cristo de Dios o un gran profeta ajeno a la divinidad. Todos ellos están de acuerdo en que las creencias en que fueron educados deben ser respetadas y deben ser protegidas, pero tienen el inconveniente de que son indemostrables y además poseen el sabor rancio de la doctrina que forma parte del ámbito de la mente dormida.

Los profesionales que elaboran el programa de la Revolución del Amor, en el relato novelado de Bernard Mong Tse, tienen el convencimiento de que Jesucristo, por encima de las creencias legítimas que hemos enumerado, es el líder de la salvación de la humanidad del poder del lado de la oscuridad que la mantiene oprimida desde hace siglos y milenios.

Este convencimiento se sostiene en la existencia del rito, de carácter inter-confesional, que permite canalizar la energía mental de Jesucristo. Los redactores del programa de la Revolución del Amor tienen la experiencia del rito inter-confesional y saben que posee fuerza suficiente para deshacer las acciones que proceden de los ritos de la religión del lado de la oscuridad. Debemos recordar que estos ritos secretos y monstruosos cumplen la función de canalizar los flujos del dinero hasta el punto de dar vida a los grandes patrimonios financieros y algunos oligopolios. Por estos medios estos ritos malditos constituyen nada menos que el sustento del sistema de poder que mantiene el dominio inexorable sobre el mundo.

El rito de carácter inter-confesional que permite canalizar la energía mental de Jesucristo se describe, en los libros de Bernard Mong Tse, con suficiente detalle para que pueda ser reproducido por un colectivo humano, formado por hombres y mujeres de fe probada, que tenga la residencia en una ciudad en la que haya comunidades numerosas de fieles de las grandes religiones de la humanidad.

Alguien podría solicitar que las páginas de las redes sociales de “El Laberinto de la Verdad” divulgaran el Programa de la Revolución del Amor al margen del largo relato novelado que da lugar a los libros de Bernard Mong Tse. Es obvio que existe esta posibilidad, pero no hay que olvidar que el autor de los libros no se considera el escritor sino el escribiente de unos textos que no tendrían ninguna posibilidad de existir sino hubiera tras ellos una intención y una inspiración que proviene de alguien que está muy arriba. Es evidente que hay que ser muy respetuosos con la forma en que ha querido hacer las cosas este alguien sea quien sea.

Hay un argumento claro que no permite divulgar el programa de la Revolución del Amor al margen de los libros de Bernard Mong Tse. Hay que recordar que los libros permanecen articulados por bastantes más de un centenar de personajes de los que hay unas treinta y cinco que tienen la condición de protagonistas. La psicología y la historia personal de estos hombres y mujeres determinan las aportaciones que hacen todos ellos al programa de la Revolución del Amor. Habrá millones de lectores de los libros que podrán identificarse con alguno o algunos de los personajes y estos detalles ayudarán a alcanzar mayor credibilidad al programa.

Mientras no aparezca la obra completa de Bernard Mong Tse que contiene el Programa de la Revolución del Amor y explica su gestión en los tres grupos de trabajo, que residen en tres continentes, se divulgarán destellos del programa en las publicaciones de esta página.

En la publicación de fecha 18 de mayo fue divulgado, de una manera indirecta, un destello del Programa de la Revolución del Amor que permite entender el carácter y la magnitud del mismo. En aquel caso se refería a una propuesta que forma parte del ámbito de la economía. Invitamos a releer aquel texto a las personas que tienen interés en este programa que tiene la pretensión de resolver los grandes problemas del mundo global.

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