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La Pagoda de la Evolución y las disciplinas científicas

La Pagoda de la Evolución y las disciplinas científicas

La alegoría de la pagoda de la evolución que fue inventada por la escuela sagrada de China, en tiempos inmemoriales, permite construir una psicología de la mente despierta y también permite edificar disciplinas que traten de acercarse a la verdad en otros campos tales como la economía, la sociología, la historiografía, la medicina, la farmacología y todas las ciencias que todavía merecen el calificativo de empíricas porque no han sucumbido al pensamiento teórico que es lo que le ha sucedido a la física cuántica que se sostiene en dogmas que son más divertidos que los que conforman la doctrina católica pero están igual de lejos de poder ser demostrados, por un procedimiento racional, de acuerdo con el método científico de conocimiento.

Antes de dibujar estas nuevas disciplinas hay que recordar que es imprescindible reconocer que los seres humanos permanecen toda la vida sometidos, sin remedio, a la influencia de fuerzas cósmicas del lado de la luz y el lado de la oscuridad. Estas influencias constituyen un hecho mucho más importante de lo que ha sido reconocido por algunos pensadores que tenían la mente más despierta que la mayoría de sus colegas y, por esta razón, fueron capaces de contemplar esta posibilidad aunque fuera en el ámbito de la ciencia-ficción que es el primero que pudo liberarse del control que el poder del lado de la oscuridad mantiene sobre todas las manifestaciones de la cultura.

El concepto de las criaturas espirituales que tienen el nombre de ángeles y demonios ha sido manoseado, sin ningún decoro, por los poderes religiosos, controlados por las sociedades secretas, y por las escuelas modernas de espiritualidad presididas por supuestos maestros faltados de experiencia real de la vida. Por esta razón es conveniente referirse a las fuerzas cósmicas del lado de la luz y las fuerzas cósmicas del lado de la oscuridad sin entrar en detalles acerca de la identidad de las mismas y manteniendo firme el sentimiento de la esperaza en que no está lejano el día en que, por medio de tesis doctorales serias, podrá accederse a mucha información rigurosa acerca del mundo espiritual del lado de la luz y el mundo espiritual del lado de la oscuridad.

En la planta baja de la pagoda no se manifiesta ninguna influencia de las fuerzas cósmicas del lado de la luz y el lado de la oscuridad. La filosofía racionalista sólo contempla la planta baja de la pagoda y desconoce la existencia de las fuerzas cósmicas, de un lado y el otro de la energía, por el hecho de que no tienen naturaleza material. Las doctrinas religiosas contemplan la existencia de estas fuerzas, que tienen naturaleza espiritual, pero sólo desde la manipulación maliciosa que ha ido orientada a la construcción de los sistemas de poder que han asegurado el control de la sociedad a lo largo de los siglos.

La construcción de los sistemas de poder religioso ha exigido edificar el más malicioso de todos los discursos que es el que se sustenta en los conceptos del pecado, la culpa y la amenaza del castigo eterno de un supuesto infierno que no tiene nada que ver con el Reino de Lucifer que tiene carácter extremadamente elitista y no tiene ninguna posibilidad de albergar a los pecadores convencionales.

En el segundo decenio del Siglo XXI el discurso católico tradicional sólo resulta convincente a los semejantes que tienen la mente cien por cien dormida y precisan formar parte de una organización religiosa que posee un patrimonio material cuantioso y, por esta razón, proporciona seguridad a personas que están faltadas de fe en la Providencia Divina. A medida que avance el siglo el discurso malicioso, acerca del pecado, la culpa, la amenaza del castigo del fuego eterno y la misericordia del Dios padrecito que sale al encuentro del pecador, con los brazos abiertos, se derrumbará por completo a la par que también se derrumbará el engaño principal que es la filosofía racionalista.

En el momento que se derrumben los dos cuernos del Diablo aparecerá una situación que no tendrá ningún precedente en la historia de la Civilización Occidental que ha dado lugar a la sociedad global del Siglo XXI. La obra de Bernard Mong Tse cumplirá la función de llenar el espacio enorme que se pondrá de manifiesto después de la desaparición de los grandes engaños contrapuestos que poseen la cualidad de retroalimentarse entre ellos y, por medio de este procedimiento, han asegurado el dominio de las sociedades secretas, que agrupan a los adeptos del Diablo, sobre el conjunto de la sociedad a los largo de los últimos siglos.

En una publicación anterior explicamos que el poder verdadero tiene carácter mental. En los libros de Bernard Mong Tse esta afirmación se demuestra por medio de una secuencia de relatos novelados que permiten construir unos cuantos argumentos que resultan muy difíciles de refutar. En el texto limitado de esta publicación es posible aportar un único argumento que hará pensar a todas las personas que tiene la mente despierta. El argumento no se referirá al concepto del poder sino al concepto de la impunidad que da lugar a la esencia del poder.

Es posible explicar el concepto del poder por medio de la conjunción de intereses entre personas que han nacido en cunas donde ya había mucho poder, pero no es posible explicar la impunidad de los individuos más poderosos de todos sino se hace la hipótesis de que existe una fuerza extra-material que confunde la mente de cualquier persona que tiene la oportunidad de toparse con uno de los escasos semejantes que son depositarios del poder real en un grado muy elevado. Esto es lo que les ha sucedido a algunos periodistas serios que se han propuesto indagar en la vida de un personaje de este tipo después de haber sufrido diversas vicisitudes que han incluido rechazar un soborno cuantioso.

Ha habido bastantes casos de jueces, fiscales y policías que acabaron sumidos en una depresión profunda o incluso ingresados en un hospital psiquiátrico después de haberse estrellado, una y otra vez, contra un muro, invisible pero infranqueable, en el ejercicio de su trabajo profesional. Existe información suficiente para elaborar tesis doctorales serias acerca del tema de la impunidad que protege a determinados individuos que son los más poderosos de todos.

Es obvio que el poder verdadero lleva asociada la impunidad y al margen de ésta tiene carácter provisional. Puede hacerse la hipótesis de que algunos hombres poderosos cayeron en el abismo el día que vulneraron las reglas de la sociedad secreta correspondiente y también puede hacerse la hipótesis de que los que respetaron estas reglas, en todos los casos, alcanzaron el hito de ser los más ricos del cementerio.

Está cerca el día en que estas hipótesis podrán ser demostradas por medio de tesis doctorales bien documentadas que no tendrán más remedio que describir la fuerza de naturaleza extra-material que es inseparable del concepto de la impunidad. Es obvio que estas tesis no podrán escribirse hasta que no tenga lugar un cambio de calidad en el pulso que mantienen las fuerzas cósmicas de un lado y el otro de la energía y tiene la cualidad de incidir en todas las cosas importantes que suceden en el mundo. Debemos confiar en que este cambio está muy cerca de producirse ya que si no fuera así ni siquiera la página del Laberinto de la Verdad podría mantenerse viva día tras día.

La mayoría de las materias que se estudian en las universidades se rigen por las leyes de la estadística. Esta disciplina demuestra que todas las cosas se rigen por las leyes de los grandes números. Esta disciplina también se aplica a la eficacia del sistema judicial. El día que el ministro de justicia de cualquier país, que se caracteriza por haber obtenido cotas elevadas de respeto a los derechos humanos, hace un informa ante el parlamento acerca de la eficacia del sistema judicial, sucede que el informe se adapta, mejor o peor, a la ley de los grandes números por lo que hace a los delitos y las sentencias. Sin embargo el informe no tiene ninguna manera de detectar el problema más importante de todos que sólo puede ser explicado por medio del antiguo proverbio chino que proclama que puede existir más conocimiento en la excepción que en la regla. La realidad es que el grupo reducido de personas, que detentan el poder real en el país, está protegido ante cualquier acción de la justicia porque sus miembros han accedido a la impunidad que sólo puede conceder el soberano del Infierno en calidad de auténtico dios del mundo.

Debemos hacer la hipótesis de que los dueños del mundo son guerreros del la lado de la oscuridad que han alcanzado el sexto piso de la pagoda de la evolución, lo cual les ha permitido celebrar el rito que permite entregar el alma al Diablo a cambio de conseguir el máximo poder terrenal, que es el que descansa en la impunidad.

Debemos hacer una última hipótesis que explica que la impunidad alcanza a poquísimas personas que permanecen unidas por la disciplina férrea de una sociedad secreta y protegidas por el conocimiento estadístico que no tiene en cuenta que en la excepción puede haber mucho más conocimiento que en la regla.

Los centros ordinarios de poder podrán regirse por la regla general pero la cabeza de todos ellos permitirá protegida de ella y sólo podrá regirse por la excepción que es nada menos que la impunidad.

La filosofía racionalista no posee credibilidad en lo más importante de todo en la medida que desconoce nada menos que la naturaleza extra-material de la esencia del poder que es la impunidad.

La doctrina religiosa tampoco posee credibilidad porque ha sido concebida por clérigos que conocían muy bien la naturaleza extra-material de la esencia del poder, pero tenían el deber de mantener en secreto lo más importante de todo en la medida que ésta ha sido siempre la regla de las sociedades secretas que han sido las depositarias del conocimiento más importante de todos desde épocas remotas.

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