La energía mental
El concepto de la energía mental no forma parte del pensamiento académico a pesar de que constituye la clave de todos los sistemas de poder que existen en el mundo, desde hace siglos y milenios.
El concepto de la energía mental puede ser comprendido por las personas que tienen la mente despierta y han elegido el lado de la luz porque también constituye la clave del estado de plenitud que da lugar a la única felicidad auténtica que es accesible al ser humano que está dispuesto a pagar un precio elevado por ella.
Las escuelas sagradas conocen el concepto de la energía mental desde hace muchos siglos y lo han estudiado de forma bastante profunda por un procedimiento científico. Algunos destellos del conocimiento acerca de la energía mental se han incorporado a la cultura general por el hecho de que algunos individuos que habían sido expulsados de las escuelas sagradas los divulgaron, de forma más o menos distorsionada, con objeto de ganarse la vida en calidad de maestros entre comillas.
La escuela sagrada de Occidente lleva muchos siglos estudiando el concepto de la energía mental por medio del criterio de que ésta se incremente a medida que el hombre y la mujer se acercan a Dios por un procedimiento correcto y la razón de ello es que la mente humana ha sido creada a imagen y semejanza de la mente de Dios y lleva dentro el impulso de retornar al Creador. El conocimiento acumulado, a lo largo de los siglos, por esta escuela sagrada da lugar a una de las piezas más importantes del Laberinto de la Verdad.
Las sociedades secretas también conocen el concepto de la energía mental pero califican este conocimiento de hermético y sólo acceden al mismo los individuos que alcanzan el grado de iniciación que permite entregar el alma a Lucifer a cambio de alcanzar el poder e incluso la impunidad en la Tierra. Estos individuos han generado una cultura que gira entorno del concepto del poder inmenso que tiene la mente de hacer posible todo lo que se propone el sujeto. Esta cultura impregna el entorno de las sociedades secretas y se extiende a los hombres y las mujeres que se arriman a ellas con el simple objeto de sobrevivir en un mundo extremadamente competitivo. Esta cultura está presente en los programas de estudios de algunas escuelas de negocios más elitistas que otras e incluso de algunas escuelas de psicología que están en la vanguardia de las demás.
Es demostrable que algunos hombres que consiguen ejercer una cuota importante de poder, en un sitio u otro, poseen algo que paraliza de temor a sus interlocutores. Este algo es la energía mental que el sujeto emplea en una única dirección que es la del instinto egoísta más descarnado.
Son muchas las personas que se han preguntado de donde procede la energía mental de los poseedores del poder real que, por lo general, tienen escasa o nula visibilidad. El Laberinto de la Verdad cumple la misión de explicar el más inquietante de todos los fenómenos en parámetros cien por cien científicos y en un marco de esperanza porque es demostrable que las escuelas sagradas han sobrevivido al paso de los siglos y los milenios mientras han agrupado a hombres y mujeres que han cumplido su deber en el lado de la luz y a los que nadie ha logrado absorber la energía mental porque siempre se han mantenido cuerdos.
Una vez se comprenden los conceptos de la energía mental y el estado del sueño psíquico, en el que permanecen toda la vida la mayoría de seres humanos, también puede comprenderse que la energía mental de estas personas ha sido absorbida por alguien. Asimismo debe comprenderse el fenómeno del sujeto al que ha sido absorbida la energía mental propia pero le ha sido cedida otra energía que no es propia y puede convertirlo en un líder político que tenga millones de partidarios. Hitler fue un caso extremo de este fenómeno pero ha habido muchos más e incluso hay alguno de notable en el segundo decenio del Siglo XXI.
En el mundo global del Siglo XXI existen muchos misterios que se explican por medio de las teorías de la conspiración. Algunas de estas teorías no están muy lejos de la verdad y permiten acercarse bastante a ella cuando se accede al conocimiento del concepto de la energía mental que, a lo largo de los siglos, ha sido patrimonio de las escuelas sagradas y las sociedades secretas.
Después de asimilar el concepto más importante de todos sólo hace falta comprender que el motor de la historia de la humanidad, por encima de la lucha por el poder formal, ha sido la lucha por el control de la energía y los protagonistas de esta lucha han sido ajenos al mundo terrenal. Esta afirmación ahora mismo forma parte del ámbito de la ciencia-ficción pero la obra de Bernard Mong Tse la hace clara como el agua del arroyo de la sierra aunque para ello precisa de muchos miles de páginas de relatos novelados.
El probable que ahora mismo asistamos a una involución general por causa de la explosión de las tecnologías de la información y la comunicación que desbordan por completo la posibilidad de controlar la mente a cualquier ser humano que no posee la psicología del guerrero. Es un hecho cierto que hay un porcentaje relevante de hombres y mujeres, de mente dormida, que están metidos en un proceso de idiotización irreversible mientras que hay otro porcentaje relevante de hombres y mujeres, de mente despierta, que corren el riesgo de volverse locos o sucumbir a la acción destructora del tabaco, el alcohol y las drogas.
Estos fenómenos negativos son paralelos al fenómeno positivo del incremento del porcentaje de niños que vienen al mundo llevando dentro los impulsos de la compasión, la conciliación, la fuerza creativa y la búsqueda de la verdad en un grado muy elevado. Este escenario indica que las cosas más importantes que suceden en la Tierra se deciden lejos de ella y nos empuja a mantener la confianza en Dios, pase lo que pase, porque tenemos el convencimiento de que la voluntad del Todopoderoso es hegemónica en el largo plazo.
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