Su Tienda de libros para el despertar de la mente y la consciencia
Free Call +34 666269517
La controvertida personalidad de Adolf Hitler

La controvertida personalidad de Adolf Hitler

Adolf Hitler está considerado el personaje más importante del Siglo XX por el hecho de que se han escrito más libros acerca de él que acerca de nadie más, incluso de Jesucristo. Al parecer también ha sucedido que se han escrito más libros acerca de Hitler, en setenta años, que acerca de cualquier otra personalidad de la historia en períodos de tiempo muy superiores.

El magnetismo del dictador alemán se sostiene en que fue capaz de llevar a cabo un gran número de acciones prodigiosas, en todos los ámbitos del poder sobre todo el militar, mientras la fortuna le sonrió.

El magnetismo del personaje se acreciente, si cabe, cuando se contempla el rosario de acontecimientos que acompañaron su caída culminados por el testamento delirante que dictó, a sus secretarias, poco antes de pegarse un tiro en el búnker del sótano de la cancillería.

La historia de Hitler puede ser estudiada por medio de contemplar la hipótesis de la confrontación entre el Centro Consciente del lado de la Luz y el Centro cons, ley cósmicaciente del lado de la Oscuridad que habría alcanzado un grado de intensidad inusual, en este tema, hasta que se activó la Ley Cósmica de la Armonía que puso las cosas en su lugar hasta cierto punto.

La hipótesis que es posible edificar es que el Centro Consciente del lado de la Oscuridad decidió experimentar los sistemas totalitarios, de derechas e izquierdas, como un inmenso par de cuernos del Diablo que tenía el propósito de absorber grandes cantidades de energía mental de los millones de seres humanos que se sentirían fascinados por las figuras de los autócratas confrontados. Por supuesto que los promotores del experimento sabían que éste tendría un límite ya que el triunfo definitivo del totalitarismo sería imposible en la medida que contravendría el Plan de Dios que cumple el propósito de la evolución de la humanidad que se lleva a cabo en el larguísimo plazo.

Parece obvio que la evolución de la humanidad precisa de un marco de pluralidad en el que imperen los derechos humanos y la justicia social y resulta incompatible con los sistemas totalitarios de izquierdas y derechas. Este razonamiento descalifica a los profetas de la involución cuyos relatos pueden entretener el ocio de la tarde de un domingo pero están muy lejos de la verdad.

El resultado final del experimento, que contemplamos en esta publicación, sería el hundimiento del totalitarismo de derechas y el mantenimiento de un sistema extremadamente autoritario en la Unión Soviética que sería incapaz de resolver sus contradicciones por lo que se derrumbaría, por si mismo, en el momento que tendría lugar el cambio generacional de la elite del sistema.

La derrota del nazismo y el militarismo japonés se cobraron un precio muy elevado que fue el desarrollo del complejo científico, industrial y militar que se convertiría en el centro de poder auténtico de los Estados Unidos y condicionaría la política de sus gobernantes. Este complejo, dotado de un poder inmenso, permite contemplar un sistema democrático controlado férreamente por un centro de poder opaco. Esta tesis fue anunciada, por primera vez, por el Presidente Eisenhower el día que se despidió de su cargo y no ha habido ningún otro presidente que se haya atrevido a ponerla en cuestión.

Es lícito suponer que el complejo científico, industrial y militar, dotado de poder inmenso, se mantiene bajo el dominio del Centro Consciente del lado de la Oscuridad por medio de las sociedades secretas que también tienen el dominio sobre los centros del poder financiero y los centros del poder religioso. Incluso es lícito suponer que el invento de los totalitarismos tuviera carácter instrumental y el verdadero objetivo de sus promotores fuera la construcción del complejo científico, industrial y militar que sería el auténtico gobierno de los Estados Unidos convertidos en primera potencia mundial por causa de la guerra.

Una vez hemos dejado claro el desenlace de la película, que se inició en los años veinte del Siglo XX, tenemos elementos de juicio sólidos para reflexionar acerca del personaje de Hitler que quizás tiene carácter único en la historia.

Existen muchos testimonios que explican la transmutación de sufría a menudo el dictador alemán que, en un principio, era un tipo perezoso y mediocre incapaz de comprender algunas cosas que deben estudiar todos los chicos y las chicas, en las escuelas secundarias, pero sucedía que, en un momento dado, el personaje llevaba a cabo un cambio interior y era capaz de pronunciar un discurso subyugante o tomar decisiones extremadamente brillantes en ámbitos tan distintos como son las industrias pesadas, la planificación de las infraestructuras viarias, la diplomacia y la estrategia militar.

Ha habido algunos autores que han hecho la hipótesis de que el personaje que pronunciaba discursos subyugantes y tomaba decisiones extremadamente brillantes, en ámbitos distintos y sentado en un sofá del salón de la cancillería rodeado de sus colaboradores predilectos que se limitaban a asentir sus ocurrencias, era, en realidad, un ser inmaterial que tomaba posesión del dictador alemán. La hipótesis alcanza la máxima credibilidad en el momento en que el ser inmaterial no tuvo más remedio que retirarse del escenario, por la razón que fuera, ya que sucedió que sólo quedó el individuo perezoso y mediocre que creía en cosas absurdas y tomaba decisiones disparatadas culminadas por el testamento delirante dictado unas horas antes de su suicidio.

Hay que reconocer que el personaje iracundo que se pega un tiro, después de dictar un testamento delirante, da lugar a un arquetipo grotesco. Pero nadie debe engañarse ante el arquetipo grotesco porque constituye un contrapunto brutal a la tragedia inmensa que había presidido el dictador alemán y había alcanzado un costo de cincuenta millones de seres humanos que perecieron en los frentes de combate, los campos de exterminio, los bombardeos masivos de las ciudades y el resto de calamidades que fueron el resultado de la Segunda Guerra Mundial.

Adolf Hitler sufrió varios atentados a lo largo de los años que ejerció de dictador de Alemania, pero salió ileso de todos. Está documentada la conversación que mantuvo con Mussolini, después del último de los atentados, en la que el dictador italiano llegó a la conclusión de que el personaje que demostraba poseer una protección sobrenatural evidente, en los momentos decisivos, todavía podría sacarse de la gorra un arma de destrucción masiva que aniquilaría a los ejércitos aliados.

Al parecer la supuesta arma de destrucción masiva en la que creyó Hitler, hasta el último momento, era un producto que tenía que ver con la electricidad y daba lugar a unas bolas de fuego que tenían un poder destructivo comparable al de una bomba convencional. Hay muy poca información acerca de este invento, que seguramente cayó en manos de los aliados, aunque algunos autores, de mente fantasiosa, han llegado a explicar que las bolas de fuego eran naves espaciales aliadas del dictador alemán.

Es sabido que Hitler tenía la obsesión de apoderarse de todos los objetos que han generado las grandes leyendas de la Civilización Occidental: El Santo Grial, la Lanza de Longino, La Sábana Santa de Turín, el Arca de la Alianza, La Mesa de Salomón, etc. El único de estos objetos del que pudo apoderarse fue la lanza que, al parecer, atravesó el costado de Jesucristo cuando éste permanecía clavado en la cruz.

Es fácil percatarse de que la obsesión del dictador alemán por objetos, de carácter sagrado, era de tipo supersticioso. Debemos suponer que el personaje creía que si se convertía en el dueño de los objetos sería invencible.

Se sabe que el núcleo del Nazismo, y de las temibles SS, era una sociedad secreta de tipo esotérico. También se sabe que el nivel evolutivo de los individuos que habían completado el proceso de iniciación propio de la sociedad esotérica, liderada por el propio Hitler, era muy bajo ya que el objeto de la sociedad secreta no era la búsqueda de la verdad sino la búsqueda de temas que debían darles el máximo poder que era posible alcanzar sobre la Tierra.

Es legítimo hacer la hipótesis de que Hitler tuviera información acerca de la función de los sacrificios que constituyen el sustrato material de los ritos religiosos del lado de la oscuridad que abren las puertas del poder. Es legítimo suponer que el dictador alemán entendiera que tanto el sacrificio de millones de seres humanos, en los campos de exterminio, como el sacrificio de millones de soldados, en los campos de batalla, sería el sustrato material adecuado de un rito que le permitiría obtener el arma de destrucción masiva que los convertiría en el vencedor de la guerra.

Es fácil hacer la hipótesis de que la sociedad esotérica que era la cabeza del partido Nazi estuviera controlada por otra sociedad del mismo tipo, pero más seria, cuyo objeto fuera la utilización del Nazismo, y su ambición enferma de apoderarse de toda Europa, con objeto de llevar a cabo la construcción del complejo científico, industrial y militar que se convertiría en el autentico gobierno de los Estados Unidos que serían el vencedor indiscutido de la guerra al igual que la Unión Soviética.

Ambas superpotencias serían los protagonistas de la guerra fría que se encargaría de legitimar el complejo científico, industrial y militar y su poder inmenso hasta extremos que resultan difíciles de comprender a las personas que no disponen de información acerca de este tema que son la inmensa mayoría de seres humanos.

Está documentado que Hitler contrató los servicios de un supuesto maestro heredero del conocimiento del Antiguo Egipcio y una comunidad de lamas tibetanos del lado de la oscuridad. También está documentado que los lamas se suicidaron ritualmente cuando los soviéticos entraron en Berlín y del supuesto maestro, que probablemente era un impostor, no se supo nada más.

Existe la leyenda de que Hitler no murió en el bunker de la cancillería y logró escapar de Berlín, viajar a un lugar de América Latina, a bordo de un submarino, y luego vivió muchos años en una región desértica y sumamente misteriosa donde recibía visitas de los extra-terrestres que habían colaborado con él en la guerra. La leyenda se sostiene en un argumento de peso que fue el análisis de los restos, medio quemados, del dictador que resultaron pertenecer a una mujer. Este último misterio podría tener su origen en una manipulación, orquestada por el Centro Consciente de lado de la Oscuridad, que conseguiría absorber cantidades relevantes de energía mental de las personas que son propicias a creer en leyendas en las que intervienen supuestos extra-terrestres.

El único hecho incontrovertible que fue resultado de los despropósitos criminales del Nazismo, y el militarismo japonés, es el complejo científico, industrial y militar que sigue siendo el verdadero gobierno de los Estados Unidos cuando se han cumplido setenta y tres años del suicidio de Hitler.

Los juicios de Nüremberg condenaron a varias docenas de dirigentes nazis y a un número, un poco mayor, de individuos que fueron colaboradores necesarios del régimen político que resultaría ser odioso a todas las personas civilizadas, incluidos a los alemanes que se habían sentido fascinados, en su día, por el carisma del dictador que se despediría, de todos ellos, por medio del testamento delirante y el suicidio.

Lo último que queda por explicar de la historia terrible es que nadie se atrevió a juzgar a los titulares del capital que financió el Nazismo e hizo los mejores negocios a su sombra. Éste detalle final de la historia es el único que tiene interés para las personas que tienen la mente despierta y contemplan el mundo real que se esconde tras el mundo aparente en todos los hechos relevantes que se repiten, a lo largo de la historia, sin que la gran masa de seres humanos que tienen la mente dormida sean capaces de comprenderlas.

La reflexión que hemos hecho acerca de Adolf Hitler, convertido en el personaje más relevante del Siglo XX, debe servirnos para contemplar otras hipótesis acerca de la intervención del Centro Consciente del lado de la Luz y el Centro Consciente del lado de la Oscuridad en las cosas que suceden en la Tierra. ¿Quizás sería posible edificar una hipótesis novedosa acerca del personaje de Napoleón recurriendo a los mismos presupuestos? ¿Quizás sería posible empezar a reflexionar acerca del fenómeno de la energía mental a partir de estas hipótesis una vez se ha comprendido que todo ser humano es un canal por el que discurre la energía cósmica primordial y la energía invertida por medio de determinadas acciones humanas?

Es de esperar que pronto aparecerán historiadores, de mente despierta, que se atreverán a desarrollar estas hipótesis que ahora no tienen cabida en el mundo académico sometido a la dictadura de la filosofía racionalista que sólo contempla al ser humano, dotado de una mente cien por cien dormida, lo cual le obliga a juzgar de patología cualquier atisbo de despertar que puede afectar a la mente de alguien que, por esta razón, es descalificado sin remedio y excluido de los foros y los medios de comunicación que conforman la opinión pública.

Add Comment