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La alegoría de la pagoda de la evolución en tiempos de globalización

La alegoría de la pagoda de la evolución en tiempos de globalización

Hoy hablaremos de la alegoría de la pagoda de la evolución de la conciencia cuyo significado hemos explicado en otras publicaciones. No lo haremos en el marco de la China de las grandes dinastías que es cuando fue inventada la alegoría poderosa, por hombres sabios que quizás fueron irrepetibles, sino en el marco de la sociedad contemporánea que tiene carácter global. De esta manera será mucho más sencillo empezar a comprender el sentido de esta alegoría que es un tema que no tiene fin.

Antes que nada nos veremos obligados a construir un sótano debajo de la planta baja de la pagoda. El sótano es un elemento constructivo que no tenía sentido en la época en que se inventó la alegoría pero resulta imprescindible en el mundo actual.

En el sótano de la pagoda de la evolución de la conciencia sólo llega la luz por medio de claraboyas situadas en el techo. En este espacio penumbroso debemos imaginar a los intelectuales que cumplen la función de mantener vivo el pensamiento académico y las ideologías del racionalismo, el liberalismo, el marxismo, el estructuralismo, el ecologismo, el agnosticismo, el relativismo y el resto de los ismos que todos ellos tienen en común el error inmenso de ignorar la dimensión espiritual de la realidad y el ser humano.

En la planta baja de la pagoda podemos imaginar a otros intelectuales que cumplen la función de mantener vivas las doctrinas religiosas. En este lugar la luz no accede por medio de claraboyas, situadas en el techo, sino que lo hace por medio de ventanales, levantados sobre el nivel del suelo, pero sucede que los guardianes de la doctrina, sea la que sea, se conforman con las cosas que forman parte de sus creencias y no siente ninguna curiosidad por ascender por la escalera del edificio y contemplar el entorno desde el piso de arriba.

La planta baja de la pagoda y el sótano tienen la peculiaridad de que jamás son alcanzados por ninguna influencia que procede del mundo espiritual tanto del lado de la luz como el lado de la oscuridad de la energía. En la pagoda alegórica sucede lo mismo que en la realidad cuando se da el caso que, en el nivel de la calle, no se detecta la brisa que se convierte en una caricia agradable en los pisos elevados del edificio.

En la primera planta de la pagoda se observan detalles del entorno que no eran visibles desde la planta baja. El descubrimiento de los detalles del entorno va ligado a las sensaciones que proceden de la brisa tanto la que resulta agradable, por la suavidad con que acaricia el rostro del sujeto, como la que resulta molesta porque sopla en forma de rachas bruscas. Podemos asimilar la brisa suave a las influencias que proceden del lado de la luz y las rachas bruscas a las influencias que proceden del lado de la oscuridad de la energía.

En la planta baja hay más luz que en el sótano, pero ésta no es suficiente para que sus ocupantes, que se mantienen identificados con somníferos poderosos que incluso pueden haber sido proclamados dogmas de fe, tengan ninguna posibilidad de acceder al estado de la mente despierta que es un proceso que sólo tiene lugar en las plantas superiores de la pagoda.

Las influencias del mundo espiritual se empiezan a percibir en la primera planta de la pagoda y se hacen más evidentes a medida que se asciende a los pisos superiores y se descubren detalles del horizonte que resultaban inimaginables en la planta baja del edificio. Llega un momento en que las influencias del mundo espiritual, de un lado y el otro de la energía, se convierten en el elemento dominante de la situación aunque esta experiencia está reservada a los guerreros del lado de la luz que son los únicos seres humanos que tienen la posibilidad de ascender hasta los pisos más elevados de la pagoda que penetran las nubes del cielo.

Los hombres y mujeres que tienen la mente despierta se percatan de que la filosofía racionalista, elaborada en el sótano de la pagoda, es un engaño monumental que algún día se vendrá abajo como un castillo de naipes. Es seguro que esto sucederá algún día, pero quedará en pie la fuerza inmensa que ha mostrado la razón humana para construir cultura y civilización.

Los hombres y mujeres que tienen la mente despierta también se percatan de que la doctrina religiosa es otro engaño monumental que también se vendrá abajo. En este caso el derrumbamiento no podrá asimilarse al que es propio del castillo de naipes porque esta doctrina se sostiene en algunos principios que son verdad. Dos ejemplos claros de estos principios imperecederos son los Diez Mandamientos que Moisés se trajo de la cumbre del Monte Sinaí y las Bienaventuranza que Jesucristo proclamó en otro monte de Palestina dotado de laderas suaves.

El ascenso de la planta baja a la primera planta de la pagoda puede ser hecho por un hombre o una mujer que no se sienten a gusto con el pensamiento académico y tampoco se identifican con la doctrina religiosa. Si no se dan las dos condiciones es muy difícil ni siquiera iniciar el ascenso por la escalera que lleva a la primera planta del edificio.

El ascenso a la primera planta del edificio requiere únicamente del esfuerzo de la voluntad y está al abasto de cualquier ser humano que se limite a cumplir con su deber en calidad de padre o madre de familia y a pensar en alguna cosa que explicaron autores famosos que demostraron tener la mente despierta. En otras publicaciones nos hemos referido a Dante, Shakespeare y Cervantes que son autores que poseen el calificativo de universales y es difícil hallar a alguien que no haya oído hablar de ellos. También podemos echar mano de León Tolstoi, Julio Verne, Edgar Allan Poe y Jorge Luís Borges que son autores más recientes y más asequibles.

El hombre o la mujer que han accedido a la primera planta de la pagoda pueden recibir un premio que consiste en visualizar un detalle del paisaje que era imposible contemplar desde la planta baja. Este detalle inesperado del paisaje constituye el primer destello del mundo real al que tiene acceso un ser humano y puede tener carácter de hecho extraordinario al que es posible dar el nombre de milagro.

Los hechos extraordinarios que no tienen la causa en el mundo aparente sino que lo tienen en el mundo real proceden de uno de los dos lados de la energía y están sometidos a la Ley Cósmica de la Correspondencia. Esto significa que si los hechos proceden del lado de la luz desencadenan una reacción del lado de la oscuridad y si proceden del lado de la oscuridad desencadenan una reacción del lado de la luz. Estas cosas son así por causa de la dinámica de las leyes cósmicas que fueron creadas por Dios en el principio de los tiempos y no pueden ser de ninguna otra manera ya que se rigen por medio de las reglas exactas de las matemáticas.

A partir del momento que un guerrero toma conciencia de unos hechos, que son el resultado del combate permanente entre las fuerzas cósmicas, ya no tiene ninguna posibilidad de aburrirse aunque tiene más posibilidades que antes de volverse loco. En este momento delicado es cuando el guerrero precisa documentase acerca de los procesos de iniciación que fueron desarrollados por maestros sabios entroncados en las escuelas sagradas que han vertebrado el lado luminoso de las civilizaciones y las religiones.

El ascenso de la primera a la segunda planta de la pagoda no puede hacerse (en la mayoría de los casos) por medio del esfuerzo de la voluntad sino que requiere de la ayuda de las fuerzas cósmicas de un lado u el otro de la energía. Este paso del proceso de evolución del ser humano puede ser hecho por completo en el lado de la luz, puede ser hecho por completo en el lado de la oscuridad y puede ser hecho a caballo entre los dos lados de la energía.

Llegados a este punto del relato, que tiene como protagonista la pagoda de la evolución, es imprescindible explicar que cada ser humano es distinto y no hay dos experiencias idénticas. El único criterio que puede tener carácter universal es que hay un momento en que el hombre o la mujer, que tratan de hacer lo correcto en calidad de padre o madre de familia, descubren, con una cierta nitidez, que tienen un destino escrito en el Cielo.

El momento en que el ser humano se percata de que tiene un destino escrito en el Cielo es muy delicado. Las escuelas sagradas descubrieron, hace muchos siglos, que el destino escrito en el Cielo es una cara de la moneda y la otra cara de la misma es el libre albedrío que permite al guerrero cumplir su destino o no hacerlo.

La experiencia de las escuelas sagradas asegura que en el momento delicado en que el ser humano descubre su destino – y tiene claro que es libre de entregarse al mismo o no hacerlo – no sólo aparece el camino, sino que también aparece el maestro que puede ser un hombre o una mujer, de carne y huesos, o puede ser el autor de un libro e incluso un personaje de una novela que ha caído, en las manos del sujeto, justo en aquel momento de su vida.

No resulta fácil distinguir el lado de la luz del lado de la oscuridad de la energía a las personas que consiguen acceder a la segunda y la tercera planta de la pagoda de la evolución de la conciencia. El consejo que hay que dar a estas personas es que deben armarse de paciencia hasta que llega el momento en que las cosas se ven claras como el agua del arroyo de la sierra.

En la tercera planta de la pagoda de la evolución de la conciencia aparece lo que se llama el punto de la bifurcación de los caminos, pero este tema no forma parte de esta publicación.

En el momento delicado de descubrir el destino, escrito en el Cielo, existe la posibilidad de dejarse vencer por la distracción o el desaliento ante un tema que posee una dimensión inesperada e incluso existe la posibilidad de confundir la oscuridad con la luz. En este momento delicado de la vida deben tenerse algunos referentes claros de los que enumeraremos unos cuantos.

El primer referente es el trabajo. No hay ningún camino del lado de la luz que no exija cumplir el mandato bíblico de ganar el pan de los hijos con el sudor de la frente. Por supuesto que existen caminos que permiten alcanzar la segunda e incluso la tercera planta de la pagoda, al margen del sudor de la frente, pero son caminos que no forman parte del lado de la luz.

El segundo referente es el servicio al prójimo que forma parte de la cultura de todas las escuelas sagradas. El hombre y la mujer que consiguen impregnarse de la cultura del servicio al prójimo tienen la certeza de que se mantienen en el lado de la luz. La cultura del servicio empieza por la pareja, los hijos y los amigos verdaderos que son muy pocos, pero, el día más inesperado, incluye al compañero de trabajo, el vecino que vive en la calle de al lado o un señor o una señora que aparecen en el autobús.

El tercer referente es la veracidad. El hombre y la mujer que adquieren la costumbre de decir siempre la verdad o mantener la boca cerrada, en los casos que resulta imposible hacerlo, también tienen la certeza de que se mantienen entroncados en el lado de la luz.

Por idéntica razón hay que dejar claro que los mentirosos, los maquinadores y los manipuladores del entorno, siempre forman parte del mundo del lado de la oscuridad. En este tema no debe hacerse ninguna concesión por mucho que el mentiroso se llene la boca con frases bonitas que cumplen la única función de confundir al ingenuo que corre el riesgo de caer en sus redes.

El cuarto referente es la fuerza de la voluntad que es el arma decisiva que caracteriza a todos los guerreros que eligen el lado de la luz y sabe muy bien que debe ejercer un control estricto sobre el alcohol, el tabaco y las drogas que son cosas que jamás le traerán nada bueno aunque tiene el derecho a hacer el experimento.

Hemos dicho antes que cada ser humano es distinto y no hay dos experiencias idénticas. Sin embargo hay algunos elementos que son comunes a muchas personas que tratan de cumplir el destino que tienen escrito en el Cielo y es preciso hacer referencia a ellos.

Estas personas afirman que pueden distinguir las influencias del mundo espiritual, de lado de la luz, de las que proceden del lado de la oscuridad porque las primeras se manifiestan por medio de sentimientos positivos mientras las segundas lo hacen por medio de ocurrencias que tienen carácter mental. Requiere de bastante tiempo alcanzar la claridad acerca de este tema pero son bastantes las personas que lo han conseguido.

La distinción acerca de la forma como se manifiestan las influencias de un lado y el otro de la energía también puede aplicarse al tema misterioso de los sueños. La materia prima que da lugar a los sueños casi siempre procede de la mente del sujeto, pero los estímulos que llevan a elegir un tema u otro que se manifiesta en el sueño tienen su origen en el mundo espiritual.

Sigmund Freud escribió cosas interesantes acerca de los sueños. Ha habido otros estudiosos que han dedicado muchos años de su vida a estudiar los sueños de sus semejantes. Se han hecho muy pocos estudios acerca de las influencias del mundo espiritual del lado de la luz y el lado de la oscuridad en los sueños de los seres humanos.

En nuestra opinión hace falta estudiar el concepto de la pagoda de la evolución de la conciencia con objeto de poseer un instrumento que permita comprender las cosas que suceden al ser humano a medida que transcurre su vida y éste trata de seguir el camino que le lleva a cumplir el destino que tiene escrito en el Cielo sabiendo muy bien que goza de libertad para hacerlo o no hacerlo lo cual comporta una responsabilidad enorme.

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