El Rompecabezas de Dios (y II)
A continuación prosigue el diálogo que forma parte del capítulo 43 del libro que tiene el título de “El Rompecabezas de Dios” y será editado en un futuro no lejano por Ediciones Mong Tse.
– Cuando yo hice este curso tuve ocasión de conocer a dos profesores que tenían la mente bastante despierta – dijo Cheng -. Uno de los profesores reconoció que existe un factor que no puede examinarse en un aula de una escuela de negocios y es el más importante de todos los que inciden en el caso en cuestión. A este factor lo denominó la rueda de la fortuna que, por un lado, estira las situaciones hacia arriba y, por el otro lado, las empuja hacia abajo. Aquel profesor dijo que los chinos comprendemos el concepto de que la rueda de la fortuna domina sobre el resto de los factores que intervienen en un negocio y, en cambio, los occidentales tienen mucha dificultad para comprender este hecho por causa de un prejuicio intelectual.
– El profesor que hizo este comentario tenía la mente bastante despierta pero no lo suficiente para adivinar quienes son los que mueven la rueda de la fortuna que, por un lado, estira las situaciones hacia arriba y, por el otro lado, las empuja hacia abajo – dijo Uthman.
– ¿Qué dijo el segundo profesor que tenía la mente bastante despierta? – preguntó Karín.
– El segundo profesor que tenía la mente bastante despierta dijo que los hombres de negocios que proporcionan la información de un caso a un profesor, con objeto de convertirlo en material didáctico, siempre se callan el más importante de todos los detalles del caso que nunca conocerá nadie más que ellos – respondió Cheng.
– Si las cosas son así resulta que los casos que se examinan en las escuelas de negocios son fraudulentos – dijo Karín.
– He dicho antes que hay casos muy buenos y casos flojos – dijo Cheng -. Pero ninguno de ellos es fraudulento ya que admiten ser contemplados por personas competentes y todas estas personas constatan la coherencia del tema. Pero es evidente que, en todos los casos, puede haber un detalle que no se explique y, en la historia original del negocio, fuera el más importante de todos. Por ejemplo como se lo hizo un emprendedor para conseguir los primeros clientes.
– Pon un ejemplo del detalle más importante de todos que no se explica nunca aplicado al caso de un negocio que todos conozcamos – dijo Karín.
– Puedo poner el ejemplo de la planta de producción de aceite de soja que se inauguró ayer después de un montaje hecho en un período de tiempo muy corto – dijo Cheng -. La historia de este proyecto podría dar lugar a un caso muy bueno que tendría como protagonista a un señor que conoce muy bien el mercado del aceite de soja porque lleva muchos años dedicado a la elaboración de este producto en una planta industrial modesta y, en un momento dado, decide construir una planta grande con la tecnología más moderna sabiendo a quienes deberá vender la producción que obtendrá en la nueva planta y los precios a los que los nuevos clientes comprarán el aceite de calidad alta y calidad media. El caso podría incluir un montón de detalles acerca del mercado del aceite de soja y el costo de la inversión de la nueva planta y los alumnos que lo discutieran tendrían elementos para emitir sus opiniones a lo largo de una hora. El debate permitiría convencer, a la mayoría de los alumnos, de que la inversión es correcta y será rentable a pesar de que los altibajos del mercado incorporan un riesgo que debe ser asumido porque podrá haber un año malo seguido de dos años buenos.
– Exacto – dijo Uthman -. Ésta sería la discusión que harían los alumnos y sin duda aprenderían cosas que debe conocer un ejecutivo cuando decide hacer una inversión industrial en un sector relacionado con el mercado de la alimentación humana que está sujeto a altibajos por causa de las incidencias que tienen lugar en las cosechas de las materias primas que tienen lugar en dos hemisferios, pero se trata de un mercado que nunca decae, de forma grave, porque la gente precisa comer todos los días.
– Tengo claro que en el proyecto de la planta de aceite de soja el detalle más importante de todos es que hubo alguien que tuvo poder para poner un palo en la rueda del proyecto y lo sacó a cambio de percibir una cifra de dinero que debieron juntar la ingeniería, el agente de la misma en la provincia y el promotor del proyecto – dijo Karín -. Es evidente que este detalle no puede formar parte de ningún caso que se debata en un aula de una escuela de negocios.
– Exacto – dijo Michael -. El tema de la extorsión a pesar de ser muy importante e incidir en muchos proyectos, de tipos diversos, no puede dar lugar a casos escritos que se examinen en el aula de una escuela de negocios.
– Estoy segura de que el negocio de la extorsión es mucho más importante de lo que la gente piensa – dijo Karín -. Nosotros no sabíamos nada de este negocio hasta que Guó ha regresado a nuestra vida. A veces ni yo misma me creo que el negocio de la extorsión sea tan importante, tenga riesgo cero y rentabilidad muy elevada y, a pesar de estos ingredientes, nunca aparezca en los periódicos ni los informativos de la televisión.
– Hay muchos otros temas que tampoco aparecen en los medios de comunicación ni pueden dar lugar a un caso escrito que se examine en el aula de una escuela de negocios y son todavía más perversos que la extorsión – dijo Cheng -. En nuestra compañía hemos vivido unos cuantos temas de este tipo comenzando por el proyecto de Asia Central. En ninguna escuela de negocios puede examinarse el caso de un tema en el que han incidido nada menos que los ritos de la magia oscura y sin embargo nosotros sabemos que estos temas existen y son más importantes que otros.
– Si nos propusiéramos hacer una lista de todos los temas que hemos contemplado en nuestra vida profesional que no pueden dar lugar a un caso que se examine, en el aula de una escuela de negocios, quizás descubriríamos que son una cuarta parte de los mismos – dijo Uthman.
– Pienso que por lo menos hay un tercio del total de los temas que hemos contemplado en nuestra vida profesional que no pueden dar lugar a un caso que se examine en un aula de una escuela de negocios – dijo Cheng -. Por ejemplo el hecho de haber dedicado mucho trabajo a un proyecto que no podría ejecutarse por razones inexplicables. Por ejemplo que un día llamara a la puerta un señor al que un conocido de España le había hablado de Mouslim y nos hiciera el encargo de una fábrica de galletas que debería construirse en Filipinas y en la que habría más de cien máquinas de los tipos más diversos. Tengo un archivador en el que conservo el historial de seis proyectos que estuvieron muy bien preparados y no se ejecutaron por causas inexplicables y tengo en la memoria por lo menos cuatro temas que nos cayeron del Cielo sin haber hecho ningún trabajo comercial. Es obvio que si alguien tuviera la audacia de explicar estas cosas, en un aula de una escuela de negocios, lo darían por loco.
– En mi opinión la mayoría de los temas que son realmente importantes no pueden dar lugar a un caso que se examine en una escuela de negocios – dijo Michael -. Sin embargo las escuelas de negocios cumplen una función imprescindible en la formación de los ejecutivos. Yo debo reconocer que si no hubiera estudiado mi master en los Estados Unidos no habría aprendido muchas cosas que sé y si no supiera estas cosas no podría realizar mi trabajo.
– Para ser un buen ejecutivo hay que ser capaz de andar por el filo de un cuchillo que a un lado tiene el mundo aparente y al otro lado tiene el mundo real – dijo Cheng -. Para hacer este ejercicio el profesional debe tener la mente bastante despierta. Si el ejecutivo se decanta demasiado hacia el mundo aparente corre el riesgo de no descubrir un problema que resultará ser el más importante de todos, por ejemplo la acción de un colaborador desleal que está protegido por el lado del Yin de la energía. Pero si el ejecutivo se decanta demasiado hacia el mundo real puede sucederle que le pase por alto un factor de mercado que tiene delante de la nariz, pero no es capaz de vislumbrarlo.
– La única manera que existe de andar por el filo del cuchillo que separa el mundo aparente del mundo real es por medio del trabajo de un equipo compenetrado como el que hemos constituido nosotros – dijo Michael -. El trabajo de equipo permite mantener el rumbo de la compañía por el filo del cuchillo que separa el mundo aparente del mundo real. Hace tres años Mouslim cometió errores, en relación al proyecto de Asia Central, que no hubiera cometido si hubiera dispuesto de un equipo ejecutivo como el que tenemos ahora.
– Tienes razón – dijo Cheng -. En aquella época Mouslim me consultaba las decisiones y también lo hacía con Uthman y con Christopher pero no existía un equipo ejecutivo que fuera corresponsable de todas las decisiones importantes que tomaba la compañía. Si hubiera existido este equipo se habrían ahorrado algunos errores.
– Si hubiera existido este equipo, hace tres años, la compañía se habría ahorrado algunos errores pero los grandes quebrantos que tuvieron el origen en el rito de magia oscura habrían sucedido igual – dijo Karín -. Por supuesto que todos hubiéramos aprendido las mismas lecciones que hemos aprendido y no pueden explicarse en ningún caso que se discute en las aulas de las escuelas de negocios.
– Estoy de acuerdo – dijo Cheng -. Frente a un rito de magia oscura que tiene un coste de un millón de dólares ninguna compañía tiene la posibilidad de hacer nada para defenderse. Supongo que en estos escarmientos, que tienen lugar muy de vez en cuando, descansa el prestigio inmenso de los lobbys secretos que mantienen la conexión con el tentáculo correspondiente del pulpo que tiene la cabeza en el Club de los Dueños del Mundo.
– Todos estamos de acuerdo en que las cosas más importantes forman parte del ámbito del gran misterio que constituye el sistema de poder que cuelga del Club de los Dueños del Mundo del que sólo se habla en voz baja – dijo Uthman -. Por esta razón no hay más remedio que confiar en Dios que es el único ser que está más arriba de todos los misterios y de los dueños del mundo y su dios que es el Diablo.
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