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El Laberinto de la Verdad en la web:  la informática al servicio de la luz

El Laberinto de la Verdad en la web: la informática al servicio de la luz

Diseñada en dos de los idiomas mas hablados del mundo, el inglés y el español, resulta innegable que la web del Laberinto de la Verdad está transmitiendo información que ha permanecido oculta a lo largo de los siglos y los milenios. Pero todavía es pronto para determinar si esta información es fidedigna o no lo es y si tiene realmente la posibilidad de ser completa.

La información que transmite el Laberinto de la Verdad en algunos momentos tiene un carácter muy penetrante e incluso insoportable. Sólo los hombres y las mujeres que poseen el temple del guerrero tienen la posibilidad de acceder a información de este calibre y permanecer intactos.

Es imprescindible explicar que todas las piezas que forman parte del Laberinto de la Verdad se sostienen en la experiencia humana y en el convencimiento de que existe un conocimiento verdadero de la humanidad que es cien por cien empírico y transversal a las civilizaciones.

El conocimiento verdadero de la humanidad proviene de las ciencias que estudian la naturaleza por medio del método empírico que se sustenta en la existencia de investigadores independientes que todos ellos trabajan de acuerdo con el procedimiento del ensayo repetido que permite desechar el error tantas veces como haga falta hasta que tiene lugar el acierto definitivo que se incorpora al conocimiento.

A lo largo de muchos siglos se dio el nombre de física a la ciencia empírica y los campeones de la misma eran los farmacéuticos y los curanderos que elaboraban fórmulas magistrales que tenían el poder de aliviar las dolencias del cuerpo.

Es demostrable que la ciencia empírica de los egipcios y los chinos halló en la naturaleza substancias que permiten curar el cáncer incluso en una fase supuestamente terminal. También es demostrable que, en el segundo decenio del Siglo XXI, estas substancias son administradas con éxito por algunos médicos bien informados aunque corren el riesgo de ser procesados por causa de la presión que los laboratorios farmacéuticos ejercen sobre los poderes públicos. Este hecho demuestra, mejor que otros, que la humanidad vive inmersa en una mentira inmensa.

En los últimos dos decenios del Siglo XVIII la ciencia empírica más importante pasó a ser la química. El Siglo XIX vio nacer la biología, la geología, la electricidad, la mecánica pesada, la hidráulica, la neumática, las distintas ingenierías y un sinfín de aplicaciones industriales que se desarrollarían muchísimo a lo largo del Siglo XX que vería nacer la electrónica y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El conocimiento verdadero de la humanidad proviene de la ciencia empírica y sus aplicaciones industriales. Al margen de la ciencia empírica puede haber ilustración y especulación intelectual pero no hay conocimiento verdadero acerca de nada. Las cosas son así por causa de las características de la mente humana y no pueden ser de ninguna otra manera. Estamos contemplando un tema que no es fácil de comprender pero es imprescindible tratar de hacerlo.

Las personas que alcanzan el estado de la mente despierta no tienen más remedio que seguir el criterio de no creer en nada que no pueda ser demostrado por medio del método científico de conocimiento y si abandonan este criterio corren el riesgo de caer en una depresión irremediable e incluso volverse locas. No debemos olvidar que, a lo largo de los siglos, la mayoría de los seres humanos que alcanzaban el estado de la mente despierta se autodestruían por causa de la locura, la marginalidad, el alcohol y las drogas. Ésta es la razón por la que las sociedades secretas que agrupan a los adeptos de Lucifer han podido mantener el dominio sobre los centros de poder decisivos en todas partes y todas las épocas.

El primer principio del conocimiento proclama que nadie puede contemplar fuera de si mismo ninguna cosa verdadera que no contemple primero dentro de si mismo. Esto significa que nadie puede calibrar, de una manera rigurosa, una cualidad o un defecto en otra persona si primero no los ha experimentado en él mismo en un grado menor o mayor.

También es verdad que los defectos propios se descubren en las personas con las que tenemos mayor proximidad de acuerdo con la enseñanza de Jesucristo que proclama que la paja que resulta visible en el ojo ajeno se corresponde a la viga invisible que ocluye el ojo propio y no le permite contemplar la luz.

Existe un concepto de ciencia sagrada que se sostiene en el método empírico de conocimiento y está por encima del resto de las ciencias. La simbología sagrada es una rama de esta ciencia que tiene el objeto de conseguir que las mentes de los seres humanos permanezcan en el estado del equilibrio que es el único que permite acercarse a un conocimiento que tiene carácter superior.

La página del Laberinto de la Verdad está dando testimonio de la ciencia sagrada de la simbología por medio de las láminas que han acompañado las frases extraídas de los libros de Bernard Mong Tse. El conocimiento que transmiten las láminas es superior, en algunos casos, al que transmiten los textos. Esta afirmación sólo tiene sentido para las personas que han llevado a cabo un proceso de iniciación correcto que tiene su origen en las escuelas sagradas. Estas personas tienen en común la experiencia de la conquista de la virtud de la humildad que jamás se posee por completo y siempre exige soportar contradicciones dolorosas. Estas personas también tienen conciencia de que las cosas que han aprendido en la vida son menos de las que les quedan por aprender.

El Laberinto de la Verdad se sostiene en el convencimiento de que la pieza más importante del laberinto es Jesucristo aunque no lo es por las cosas que explica la teología cristiana, que son incomprobables además de sostenerse en textos que fueron manipulados, sino por descubrimientos que tienen carácter empírico y se sostienen en el concepto de la energía mental que es la clave que explica todas las cosas que han sucedido en la Tierra desde hace docenas de miles de años.

Los cristianos proclaman que Jesucristo es el hijo unigénito de Dios mientras los musulmanes creen que es el Cristo de Dios y los hijos de las otras civilizaciones lo consideran un gran profeta o un hombre más extraordinario que otros por el hecho de que logró meter en la mente humana el mensaje del amor a los enemigos que cumple la función de hacer humildes a los que se lo toman en serio y el mensaje de ofrecer la otra mejilla cuando se recibe una agresión o una ofensa que consigue desactivar el odio de los malvados.

El odio de los malvados constituye la máxima expresión de la energía invertida que sostiene los sistemas de poder real que existen en la Tierra incluidos los sistemas de poder religioso. Esto es así porque la energía primordial es el amor de Dios que sostiene el Universo y, por medio del sentimiento del odio, se consigue la máxima inversión de la misma.

Lucifer concede más poder a sus adeptos a medida que estos son capaces de activar más y más el sentimiento del odio a Dios, el odio a sus semejantes y el odio al propio maestro lo cual supone el colmo de la perversidad y explica los graves trastornos de personalidad que padecen los dueños del mundo y sus servidores. La alegoría del fuego del Infierno se refiere al odio que es el sentimiento que une a todos los seres que han decidido, de forma libre, entrar a formar parte de este sistema de poder que tiene carácter cósmico y ejerce el dominio sobre el mundo desde hace siglos y milenios.

De acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo, que tienen carácter cien por cien práctico, la energía de densidad extrema, que es canalizada por medio del odio de los malvados, podrá ser desactivada algún día lo cual dará lugar a la liberación de la humanidad del poder del Infierno y la llegada del Reino de Dios a la Tierra.

El día de la llegada del Reino de Dios a la Tierra no está tan lejano como algunos piensan. Los cambios positivos que afectan a los niños, en todos los países del mundo, son una prueba de que asistimos a un salto evolutivo de la humanidad que tiene carácter irreversible. Mientras tanto se manifiestan los agoreros del fin del mundo y los que ven inminente la Tercera Guerra Mundial que podría destruir el planeta entero. Estos individuos o bien forman parte del ámbito de la mente dormida o bien son agentes del lado de la oscuridad que cumplen la misión de minar el sentimiento de la confianza en el poder supremo de Dios que creó el ser humano con una misión cósmica que debe cumplirse un día u otro y nadie tiene el poder de impedirlo. Las personas que tienen la mente despierta están convencidas de que las cosas son así y jamás dejan de confiar en la Providencia Divina incluso en el caso de que el profeta de la Tercera Guerra Mundial se vista con una sotana de color blanco.

La energía mental de Jesucristo tiene mayor potencia que la energía mental de Lucifer. Este hecho es conocido por los adeptos del soberano del Infierno desde hace unos cuantos años y ésta es la razón de que les hayan empezado a temblar las orejas a pesar de que las sociedades secretas que los encuadran hayan ejercido el dominio férreo sobre todos los centros de poder a lo largo de la historia y, de forma especial sobre los centros del poder financiero y el poder religioso.

Jesucristo prometió regresar a la Tierra. Es posible que este regreso tenga lugar por medio de su energía mental y ya sean bastantes las personas que son testigos de un hecho que tiene el propósito de cambiar el curso de la historia de la humanidad. Estas personas pueden estar bautizadas y pueden no estarlo pero es imprescindible que hayan alcanzado el don de la fe que mueve las montañas.

Es innegable que existe un declive de la Religión Cristiana en la mayoría de países hasta el punto de que en Europa la mitad de los niños que han nacido, a lo largo del año 2018 que concluye hoy, no han sido bautizados. La sociedad contemporánea de Europa y América tiene carácter post-cristiano cuando se contempla desde el prisma de la sociología de la mente dormida. En cambio, desde el prisma del conocimiento que es propio de las personas que acceden al estado de la mente despierta, es posible contemplar a Jesucristo nada menos que como el único líder que tiene la posibilidad de encabezar la liberación del conjunto de la humanidad del poder que la ha mantenido oprimida a lo largo de los siglos y los milenios aunque ello exige que los discípulos estén a la altura del maestro lo cual no es sencillo.

En todas las civilizaciones han existido las escuelas sagradas que no han tenido ninguna visibilidad pero han sabido desarrollar el proceso de iniciación correcto que permite a los seres humanos acercarse a la divinidad y el conocimiento por medio de la combinación sabia de la sumisión y la contemplación. Es demostrable que las escuelas sagradas han desarrollado el concepto de la religión verdadera en todas partes mientras los poderes religiosos divulgaban colecciones de somníferos que darían lugar a múltiples filosofías de la mente dormida con lo que se convertirían en instrumentos pasivos del poder del Reino de Lucifer al que damos el nombre de Infierno.

La religión convencional está definitivamente desprestigiada entre las personas que tienen la mente despierta y han elegido el lado de la luz hasta el punto que muchas de ellas piensan que todo lo que tiene que ver con la palabra religión forma parte del lado de la oscuridad. Algunas de estas personas proponen enterrar la palabra religión y abrazar el concepto de la espiritualidad. Sin embargo estas mismas personas construyen el “Belén”, “Pesebre” o “Nacimiento” en su casa algunos días antes de la Navidad y luego enseñan a sus nietos a cantar villancicos. Por supuesto que cuando hacen estas cosas entrañables se percatan de que la religión mantiene un lado luminoso incombustible.

No es riguroso contraponer la espiritualidad a la religión. La espiritualidad tiene un lado luminoso y un lado oscuro al igual como le sucede a la religión. La prueba de ello es que los grandes guerreros del lado de la oscuridad que son los dueños del mundo son seres profundamente espirituales por el hecho de que su relación con su maestro del Infierno, dotada de elevada intensidad y vehiculizada por medio del oráculo que transmite información por medio del movimiento de un vaso, sólo puede tener carácter espiritual.

Dios transmite más energía mental al ser humano a medida que éste es capaz de extirpar de su corazón más y más vestigios de duda acerca de su protección. Es probable que esta ecuación pueda ser estudiada algún día por medio de las leyes de las matemáticas lo cual permitiría demostrar que la religión verdadera tiene carácter científico y descalificaría para siempre la creencia absurda e incluso maliciosa que proclama que la fe consiste en creer una cosa que no se puede ver.

El ser humano que tiene la mente despierta, y decide elegir el lado de la luz de la energía, no puede hacer nada más que doblar las rodillas antes Dios. Después de esta acción ineludible, que expresa el concepto de la sumisión incondicional al Creador del Universo, es preciso ensayar una nueva experiencia que es la contemplación de Dios. En esta experiencia, desarrollada por las escuelas sagradas a lo largo de muchos siglos, está la clave de todo.

Todo ser humano que pretende conocer la verdad en serio llega un momento en que no tiene más remedio que desarrollar las vivencias de la sumisión incondicional a la voluntad de Dios y la contemplación de Dios hasta donde le sea posible.

El ser humano que alcanza el estado de la mente despierta debe elegir entre adorar a Dios o adorar al Diablo. Por supuesto que existen otras posibilidades intermedias pero sucede que todas ellas forman parte del ámbito de la mente dormida.

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