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El incendio de la catedral de Notre Dame

El incendio de la catedral de Notre Dame

El 15 de abril del año en curso, lunes de la pasada Semana Santa tuvo lugar un incendio pavoroso en la catedral de Notre Dame de París. A la misma hora en que fue detectado este fuego también se desencadenó un incendio en la Mezquita Al-Aqsa de Jerusalén que es el tercer lugar sagrado del Islam. Este último fuego pudo ser dominado en seguida y sólo afectó a una sala de oración mientras que el primero destruyó, por completo, el tejado y el contenido de la catedral de París aunque la acción acertada, e incluso heroica de los bomberos, permitió salvar la estructura de la obra de piedra, edificada entre el Siglo XII y el Siglo XIII, y también permitió que las torres gemelas, que dan lugar a la imagen más conocida del templo permanecieran intactas.

Las personas que tienen la mente despierta sospechan que estos dos fuegos simultáneos, originados el primer día de la Semana Santa, no tienen carácter fortuito pero no tienen ninguna posibilidad de saber cual es la razón de su sospecha.

Las personas que tienen esta sospecha pueden averiguar que tanto la catedral de París como la mezquita de Jerusalén se habían edificado en sitios en los que hubo lugares de culto desde épocas remotas. Pero sucede que este hecho es muy común y resulta fácil averiguar que los templos, los santuarios y los monasterios, que son más importantes que otros, fueron edificados en lugares de la Tierra donde algunas personas, que están dotadas de una sensibilidad especial, detectan una ubicación privilegiada por lo que hace a la transmisión de la energía misteriosa que transcurre, sin cesar, del Cielo a la Tierra y de la Tierra al Cielo.

Nadie puede saber gran cosa acerca de la energía misteriosa que transcurre, sin cesar, del Cielo a la Tierra y de la Tierra al Cielo. Es posible asimilar esta energía con el amor de Dios que sostiene el Universo pero no es posible ir más allá. Sin embargo es posible estudiar las leyes por las que se rige esta energía y el estudio se viene haciendo, desde hace varios miles de años, tanto por parte de las escuelas sagradas como por parte de las sociedades secretas que existen en todas las civilizaciones.

En varias publicaciones de “El Laberinto de la Verdad” se ha explicado que la Escuela Sagrada de China averiguó, en épocas remotas, que la energía tiene dos lados a los que se denominó Yang y Yin. La comprensión de este tema que incluye el estudio de los fenómenos de la inversión y la concentración de la energía, por medio de determinadas actitudes humanas, no es una cosa sencilla, pero tiene carácter determinante porque da lugar a la llave de acceso al conocimiento verdadero de la humanidad que permanece vertebrado por medio de las Leyes Cósmicas de la Correspondencia y la Armonía que pueden ser estudiadas por un procedimiento científico.

Las escuelas sagradas han vertebrado el lado luminoso de las religiones y las civilizaciones mientras que las sociedades secretas se han ocupado de controlar los sistemas de poder, de todos los tipos, incluidos los sistemas de poder religioso lo cual da lugar al más insoportable de todos los descubrimientos.

Las escuelas sagradas tienen el referente del Centro Consciente del lado de la Luz que no forma parte del mundo terrenal. Las sociedades secretas también tienen el referente del Centro Consciente del lado de la Oscuridad que tampoco forma parte del mundo terrenal.

Los centros conscientes del lado de la Luz y el lado de la Oscuridad se han formado, a lo largo de los siglos y los milenios, por medio de las almas humanas que han abandonado la existencia terrenal habiendo alcanzado un grado elevado de conciencia.

El Centro Consciente del lado de la Luz posee el signo de identidad de la homogeneidad por el hecho de que todos los seres humanos que acceden a él son buscadores de la verdad y sucede que la verdad, en mayúsculas, es la misma para todos. El acceso a la verdad, en mayúsculas, exige la sumisión incondicional del ser humano a un poder superior que puede ser Dios, puede ser el Cielo, puede ser el Espíritu inmutable e incluso puede ser el misterio de la existencia en el caso de un ser humano de cultura agnóstica.

Los seres que conforman el Centro Consciente del lado de la Luz tienen la posibilidad de elegir vivir una nueva existencia terrenal con objeto de alcanzar un hito más elevado de conciencia. Esta tesis explica el fenómeno de las personas que vienen al mundo llevando dentro un potencial elevado de evolución y el impulso a elegir el lado de la luz de la energía.

El centro consciente del lado de la oscuridad agrupa a seres humanos que han abandonado la existencia terrenal después de haber alcanzado un grado elevado de conciencia por el lado de la oscuridad. Esto les sucedió porque llevaron a cabo los procesos de iniciación que son propios de las sociedades secretas y permiten conquistar el poder. Estos procesos de iniciación exigen celebrar ritos religiosos que incluyen crímenes abominables y extremadamente sofisticados lo cual obliga al adepto a alcanzar un grado muy elevado de atención de la mente y conciencia de la realidad.

Las sociedades secretas viven en conflicto permanente entre ellas por el hecho de que la pasión de Lucifer es contemplar a sus adeptos luchando por el poder e incluso por la impunidad que sólo él puede darles. La lucha por el poder es el primer signo de identidad de las sociedades secretas y se mantiene viva en el Centro Consciente del lado de la Oscuridad que no forma parte del mundo terrenal.

Las sociedades secretas que controlan todos los centros del poder real que existen en la Tierra tienen el deber de tratar de conseguir la autodestrucción de los guerreros del lado de la luz con objeto de apoderarse de su energía mental, pero también tienen el deber de mantener la lucha entre ellas por la razón de que la propia esencia del poder exige la confrontación permanente, aunque sumamente discreta, de los que se proponen poseerlo.

Los incendios del lunes de la Semana Santa pueden ser contemplados en el marco de las cosas que hemos explicado. El único elemento, de orden empírico, que podemos añadir, en este momento, tiene que ver con las personas que han adquirido un grado de percepciones elevado en relación al misterio de la energía. Estas personas, que por lo general ya son abuelos, coinciden en que el incendio de la Catedral de París absorbió gran cantidad de energía invertida que pudo producir mucho daño a lo largo de las horas de la noche del Viernes Santo presididas por la luna llena singular que sigue al equinoccio de primavera.

La Catedral de Notre Dame de París podrá ser reconstruida, con la máxima magnificencia, en la medida que existe la voluntad política y los recursos financieros para ello. El templo reconstruido podrá convertirse en un hito definitivo del poder humano disfrazado de referente espiritual. Habrá muchísimas personas que desearán visitar la joya del arte gótico, reconstruida con el máximo buen gusto, lo cual será bueno para la ciudad de París que nunca dejará de ser uno de los destinos turísticos más importantes del mundo.

Ahora mismo es posible hallar en Internet información diversa acerca de la razón auténtica del incendio de la Catedral de Notre Dame de París. En medio de la montaña de información, que incluye algunas tesis descabelladas, es posible distinguir algún destello que posee el sabor inconfundible de la verdad.

No hay más remedio que contemplar la existencia de los centros conscientes del lado de la Luz y el lado de la Oscuridad ajenos al mundo terrenal y la confrontación permanente que hay entre ellos y, a continuación, contemplar la batalla por el poder que constituye el primer signo de identidad del lado de la Oscuridad, con objeto de orientarse en medio de cualquier búsqueda complicada y detectar destellos de información que son más claros que otros y merecen ser elevados a piezas del Laberinto de la Verdad.

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