El futuro del Islam
Hay algunas piezas esenciales del Laberinto de la Verdad que fueron confiadas al profeta analfabeto de Arabia que cumplió la misión de fundar la última de las grandes religiones de la humanidad. Estas piezas son muy pocas pero resultan imprescindibles para cuadrar el laberinto. Por supuesto que estas cosas no pueden ser explicadas en pocas palabras pero pueden serlo, con el máximo rigor, en un libro que tiene más de mil cien páginas.
El Islam es una religión muy sencilla pero está dotada de una coherencia inmensa que es fruto del ejercicio continuado de la sumisión incondicional a Dios del hombre y la mujer, lo cual da lugar a la más sólida de todas las culturas de la solidaridad humana. Resulta que estamos contemplando unos conceptos religiosos que cumplen una función práctica muy clara tanto de orden espiritual como de orden material lo cual merece un gran respeto.
El Islam se convertirá en la religión con mayor número de fieles en algún momento del Siglo XXI. Este hecho no constituirá una afrenta para los cristianos sino que estos se darán cuenta que contemplan una cosa buena para el conjunto de la humanidad por el hecho de que representará un hito importante del Plan Divino del Mundo que precisa de todas las grandes religiones y, en el inicio del Tercer Milenio, precisa sobre todo de la religión que obliga a los miembros del género masculino a humillarse ante Dios hasta el punto de clavar las rodillas en el suelo y colocar la cabeza debajo del corazón y el vientre.
Si alguien siente la curiosidad de acercarse a un local de oración de una comunidad de musulmanes de los muchos que existen en los países de Europa es probable que se encuentre con algún bautizado que va allí a rezar de tanto en tanto y le ha sucedido que se ha reencontrado con Dios mientras ha permanecido arrodillado, sobre una alfombra, en medio de un grupo de musulmanes que no le han pedido nada a cambio del favor inmenso que le han hecho.
Algunos profetas de mente dormida contemplan a las comunidades de musulmanes, asentadas en los países europeos, como un instrumento de descristianización del continente. Esta tesis se ha convertido en el elemento político principal de algunos partidos de la extrema-derecha que se alimentan de la confusión. Mientras tanto los cristianos que han desarrollado la experiencia de la fe se entienden muy bien con los musulmanes que gozan de la misma experiencia. Por fin sucede que, unos y otros, se ríen de las fantasías que proceden de los profetas de mente dormida y los extremismos políticos de todos los colores.
El Islam posee un lado oscuro muy potente que se expresa por medio de las organizaciones fundamentalistas que asesinan a personas inocentes en nombre de Dios. En el momento que se contempla la potencia del lado oscuro del Islam es imprescindible recurrir a la Ley Cósmica de la Correspondencia que explica que allí donde hay mucha oscuridad también hay mucha luz de la misma manera que allí donde hay poca oscuridad también hay poca luz que es lo que les sucede a algunas iglesias evangélicas que no van más allá de ser un negocio, más o menos rentable y de riesgo cero, que desencadena el sentimiento de la vergüenza ajena a alguien que siente la curiosidad de acercarse a una de estas agrupaciones que se disputan el segmento de seres humanos que tienen la mente más dormida que sus semejantes.
Los Caballeros Templarios tuvieron el mérito de descubrir el lado luminoso de la Religión del Islam en medio de la Tercera Cruzada o quizás incluso antes al igual como lo descubrió Francisco de Asís cuando hizo su viaje a El Cairo. La Orden del Temple organizó la convivencia inter-religiosa en las ciudades de la Península Ibérica que jamás hubieran sido conquistadas por los reyes de Portugal, Castilla y Aragón sin el auxilio de los bravos caballeros que eran los mejores en el campo de batalla pero esto no impedía que hubieran empezado a comprender una de las piezas más importantes del Laberinto de la Verdad.
Los musulmanes saben muy bien que la revelación que transmite el Corán contempla a Jesucristo como el ser ungido por Dios y contempla a su madre, María, como la mujer elegida por Dios de entre todas las criaturas del Universo. Los musulmanes que reflexionan en serio acerca del papel de Jesucristo, en la historia de la humanidad, pueden aceptar que Dios transmitiera divinidad al Cristo en la medida que el concepto de ungir es extremadamente sutil. A partir de esta deducción la cercanía entre las dos religiones alcanza un hito irreversible.
La experiencia de Bernard Mong Tse es que los cristianos y los musulmanes pueden llegar a las mismas conclusiones desde el momento que alcanzan el estado de la mente despierta y eligen el lado de la luz de la energía. Por fin unos y otros entienden que hay que dejar de lado las disquisiciones teológicas que forman parte del ámbito de la mente dormida y estudiar, en serio, el fenómeno de la energía mental de Jesucristo que es la única fuerza que tiene la posibilidad de deshacer las anomalías que tiene que ver con los flujos del dinero y han sido puestas en marcha por los ritos religiosos del lado de la oscuridad que constituyen el sustento de los sistemas de poder incluidos los sistemas de poder religioso que todos ellos se sustentan en el mismo secreto con independencia de los tocados que cubren las cabezas de sus representantes unidos por el hecho de tener la mente dormida y sentirse importantes por ello.
Los guerreros del lado de la oscuridad se entienden muy bien entre ellos porque son pragmáticos consumados que han trascendido las creencias religiosas en las que fueron educados y sólo creen en las cosas que admiten demostración práctica sobre todo las que permiten acumular un gran patrimonio financiero.
Mientras tanto, en el ámbito de la mente dormida, todavía hay musulmanes que desprecian a los cristianos porque piensan que son politeístas y paganos. En este mismo registro mental todavía hay católicos que piensan que fuera de su iglesia no hay salvación posible y sienten la necesidad de rezar por las intenciones del señor que se viste con la sotana de color blanco sin sospechar que, por medio de este hábito, alguien pueda absorberles la escasa energía mental de la que todavía disponen.
Por fin sucede que los guerreros del lado de la luz desarrollan una experiencia de la vida que tiene carácter inter-confesional y llega un día en que casi nunca recurren a la religión en la que fueron educados aunque no se olvidan de ella en calidad de signo de identidad que no debe perderse jamás.
Add Comment