Sigmund Freud y el impulso sexual
Las escuelas serias de psicología saben, desde hace casi un siglo, que el impulso del sexo es una palanca determinante de las actitudes humanas y la formación de la personalidad.
Sigmund Freud fue combatido agriamente por el hecho de que explicó la verdad acerca de la importancia del impulso del sexo en las distintas manifestaciones de la conducta humana. A medida que han transcurrido los años la tesis de Freud se ha incorporado a la cultura general y casi nadie la discute.
A medida que han transcurrido los años también ha sucedido que la sexualidad reprimida que regía la conducta de los hombres y las mujeres en la época de Freud ha dado paso a una sexualidad menos reprimida pero muy desorientada que rige la conducta de los hombres y mujeres que viven en el segundo decenio del Siglo XXI.
Desde hace medio siglo existe la disciplina de la sexología que se estudia en las universidades. Esta disciplina está todavía en los primeros peldaños de la larga escalera que lleva al conocimiento de la sexualidad consciente que es un concepto desarrollado por las escuelas sagradas desde tiempos inmemoriales.
El arte de la sexualidad consciente no puede ser explicado en ningún curso de sexología y sólo puede ser aprendido por un procedimiento práctico. En los libros de Bernard Mong Tse sucede que se forma un grupo de mujeres jóvenes que se documentan acerca del tema por medio de una maestra china y luego ejercen de maestras de sus respectivos maridos que todos ellos se entusiasman por el descubrimiento.
El arte de la sexualidad consciente tiene como consecuencia la adquisición de conciencia por parte de las parejas que se entregan al mismo. La energía que se canaliza por medio del sexo tiene una potencia muy grande y es fácil que se manifieste de forma compulsiva mientras el sujeto se mantiene en el estado de la mente dormida. En el momento que la sexualidad deja de ser compulsiva se produce la señal de que la mente ha alcanzado una migaja de conciencia. A medida que la sexualidad se haga cada vez menos compulsiva sucederá que la mente será cada vez más consciente.
El arte de la sexualidad consciente existe sobre la Tierra desde hace por lo menos mil setecientos años aunque existe la hipótesis de que exista desde hace varios milenios y proceda de la escuela sagrada del antiguo Egipto. Las escuelas sagradas no han tenido más remedio que mantener en la discreción más absoluta este arte milenario con objeto de que no pudiera ser manipulado por las sociedades secretas que tienen el dominio de todos los centros de poder incluidos los centros del poder académico y el poder religioso.
El arte de la sexualidad consciente está al alcance de la comprensión de los hombres y mujeres jóvenes que se han propuesto ser guerreros del lado de la luz. Los guerreros del lado de la oscuridad pueden aspirar a vivir rodeados de lujos y sirvientes, pero no pueden ni siquiera imaginar las vivencias sublimes de satisfacción sexual que forman parte de la experiencia de una pareja de trabajadores que han constituido su primer hogar en un apartamentito que ocupa tres docenas de metros cuadrados y todavía no están en condiciones de traer al mundo el primer hijo.
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