Robert y Sophie: protagonistas de una improbable historia de amor
El libro que se titula “El Código Sagrado” relata la historia de Robert y Sophie que viven en Nueva York y se conocieron en un ascensor. Sucedió que el hombre se quedó prendado de los grandes ojos verdes de la chica y tuvo los medios para averiguar su teléfono. La chica sintió curiosidad por el personaje, que poseía una voz de barítono muy agradable y parecía mortalmente seguro de si mismo, cuando recibió la llamada telefónica y estuvo de acuerdo con salir juntos el sábado siguiente. A partir de la primera cita las cosas fueron muy rápidas y, al cabo de una semana, decidieron ser novios.
Sophie era una chica que todos los días montaba, un par o tres de veces, en los ascensores de la compañía en la que tenía su empleo por causa de las reuniones de trabajo y para despachar con su jefe. Robert, por causa de su trabajo profesional, se hartaba de montar en los ascensores de los edificios de oficinas de la ciudad de Nueva York. Ni Sophie ni Robert habían conocido jamás a nadie en un ascensor y les sucedió que, por este medio, les tocó a ambos conocer al ser que sería el compañero de su vida.
Existe la técnica de la estadística que tiene la posibilidad de descubrir muchas cosas que hacen los seres humanos sin que ellos mismos hayan pensado en ellas. La técnica de la estadística tiene una importancia determinante en disciplinas tan importantes como son el marketing y la dirección comercial. Ahora mismo es posible que un sistema de inteligencia artificial, que se alimenta de información estadística, tenga la posibilidad de ordenar todos los pasos de una campaña de publicidad y obtener unos resultados excelentes.
La mayoría de las disciplinas que se estudian en las universidades usan la técnica de la estadística en un grado menor o mayor. Esto sucede en la sociología, la psicología, la politología, la econometría e incluso la medicina y la farmacología.
La estadística resulta tan sugerente que ha permitido edificar algunos conceptos científicos que nadie se atreve a poner en cuestión. Esto ha sucedido a la hora de definir el concepto de la entropía que constituye la pieza clave de la disciplina de la termodinámica. También ha sucedido cuando se han estudiado los orbitales que conforman los electrones en la estructura elemental de la materia. Incluso ha sucedido cuando se ha elaborado la hipótesis que, en apariencia, es la más probable a la hora de tratar de explicar las mutaciones que, al parecer, están en el origen de la aparición de nuevas especies.
Existe un proverbio chino muy antiguo que afirma que en la excepción puede haber más conocimiento que en la regla. Un experto en estadística no tiene más remedio que encogerse de hombros ante el proverbio chino porque sabe muy bien que la técnica que él domina halla el conocimiento por medio de la regla y no tiene más remedio que despreciar la excepción.
Las personas que sienten una sacudida en el alma cuando escuchan el proverbio chino que afirma que en la excepción puede haber más conocimiento que en la regla tienen la mente despierta y las personas a las que este proverbio no les produce ninguna emoción tienen la mente dormida.
Todas las personas que han acumulado una experiencia real de la vida saben muy bien que las vivencias que son más importantes de todas tienen carácter excepcional.
Desde el punto de vista de la técnica de la estadística el hecho que una chica, que monta en ascensores todos los días, le haya ocurrido que una sola vez en su vida haya conocido a un señor en un ascensor constituye una excepción en el conocimiento general que afirma que muy raramente se conocen a nadie en las cabinas que suben y bajan a las personas por los edificios. Pero resulta que, en el caso que estamos contemplando, el señor que apareció en el ascensor tenía escrito en el Cielo nada menos que convertirse en el padre de los hijos de la chica.
La inmensa mayoría de seres humanos tienen la posibilidad de comprar un determinado producto influidos por una campaña de publicidad que ha sido dirigida por un sistema de inteligencia artificial. Hay filósofos apresurados que proclaman que el hecho de que un ser humano obedezca una orden dictada por un sistema de inteligencia artificial constituye una humillación. Las cosas no son así porque es evidente que el sistema de inteligencia artificial ha sido construido por seres humanos que sabían muy bien lo que hacían.
Existe un debate acerca de la inteligencia artificial que contempla la hipótesis de que pueda aparecer un sistema, de este tipo, que tenga la posibilidad de rebelarse y actuar en función de su hipotético interés propio hasta el punto de esclavizar a los humanos. Este tema ha dado lugar a producciones de ciencia-ficción que pueden entretener el ocio del domingo por la tarde, pero están lejos de la realidad.
Las personas que tienen la mente despierta y han construido una experiencia real de la vida saben que la inmensa mayoría de sus semejantes tienen la mente dormida y un día podría ocurrirles que fueran dominados por un sistema de inteligencia artificial. Estas personas también saben que hay una minoría de seres humanos que tienen la mente despierta y jamás podrán ser dominados por nadie y menos por un sistema de inteligencia artificial.
Existe una sentencia que proclama que la excepción confirma la regla. Esto sucede en algunos casos, pero hay otros en los que sucede que la excepción contradice la regla y estos casos son los más interesantes de todos.
Hace treinta años los niños que vienen al mundo con la mente más despierta que la mayoría de los pequeños tenían el problema de que permanecían marginados del colectivo de la clase e incluso sucedía que sus padres los llevaban a un psiquiatra que le recetaba pastillas. Ahora sucede que en algunas escuelas estos niños, que llevan dentro los impulsos de la compasión y la conciliación en un grado más elevado que la mayoría de sus compañeros, se han convertido en los líderes de los colectivos. En este caso contemplamos como la excepción puede dar lugar a una nueva regla que será mucho más interesante que la anterior.
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