Su Tienda de libros para el despertar de la mente y la consciencia
Free Call +34 666269517
La experiencia:  vía insustituible al conocimiento

La experiencia: vía insustituible al conocimiento

Las escuelas sagradas descubrieron, en épocas antiguas, que la única fuente de conocimiento que existe es la experiencia. Esto es así porque la mente humana dispone de un mecanismo que hace que las cosas que acceden a ella, por medio de los sentidos, quedan registradas de una forma superficial mientras que los fenómenos que proceden de la experiencia del sujeto alcanzan un registro mucho más profundo.

Debe establecerse una diferencia entre ilustración y conocimiento. La enseñanza académica por lo general forma parte del ámbito de la ilustración que se borra de la mente con el paso del tiempo hasta el punto de que las personas se olvidan de la mayoría de las cosas que debieron estudiar para diplomarse en la escuela secundaria o la universidad.

Los hombres y las mujeres que tuvieron la fortuna de diplomarse en una buena escuela profesional saben muy bien que existe una diferencia abismal entre las cosas que aprendieron por medio de las lecciones teóricas y las que asimilaron en las sesiones prácticas que tenían lugar en un taller donde los estudiantes se limitaban a reproducir lo que hacía un profesional consumado que conocía todos los secretos del oficio.

La inmensa mayoría de seres humanos precisan acudir a una peluquería de tanto en tanto. El oficio del peluquero o la peluquera es puro conocimiento que se sostiene en el aprendizaje que hizo con un buen maestro y la experiencia acumulada. En este oficio importantísimo no tiene porque haber ni una sola gota de ilustración.

La forma de aprender que es propia de un taller de una escuela profesional constituye un escenario que permite empezar a comprender el método científico de conocimiento que constituye el sustento del proceso evolutivo de la humanidad.

El método científico se sustenta en la existencia de varios observadores independientes que todos ellos llevan a cabo experimentos en una misma dirección y siguen el criterio de desechar los errores, todas las veces que hace falta, hasta que acceden a un resultado al que puede darse el nombre de definitivo aunque sea de forma temporal.

Todas las cosas importantes que existen tienen en su origen a alguien que fue campeón de la prueba y el error que es la forma como denominan al método científico de conocimiento las personas de mente práctica.

Las civilizaciones humanas tienen matrices distintas por lo que hace a los conceptos del conocimiento y la ilustración. La Civilización China arranca de una matriz que prima la experiencia personal sobre cualquier otra cosa. Por esta razón se ha articulado en torno de los valores del realismo y el pragmatismo y ha sido alérgica al pensamiento teórico.

La Civilización Occidental ha primado la función del pensamiento teórico sobre la función de la experiencia personal. En Europa es posible hallar una biblioteca en la que no hay ni un solo libro cuyo contenido esté avalado por la experiencia personal del autor. Hay que dejar claro que esta biblioteca puede albergar una cantidad inconmensurable de ilustración pero no contiene ni una sola gota de conocimiento.

Hay personas que piensan que el concepto de fe es sinónimo del concepto de creencia. Las cosas no son así. La fe sólo puede ser fruto de la experiencia. La fe procede de las vivencias humanas acerca de la protección en un poder superior que es ajeno al mundo material. La Civilización China dio el nombre del Cielo a este poder superior y la Civilización Occidental le dio el nombre de Dios. Los nombres eran distintos pero la experiencia humana en que se sustentaban era la misma.

El Patriarca Job y el maestro Mong Tse son dos referentes claros de la Civilización Occidental y la Civilización China. Ambos fueron campeones de la fe. El primero la tenía enfocada en Dios y el segundo la tenía enfocada en el Cielo. Este detalle es irrelevante, lo importantes es que ambos vivieron una experiencia parecida en los extremos del mundo antiguo y averiguaron las mismas cosas acerca de la fuerza de la fe y la construcción de la conciencia.

El concepto de la fe forma parte del ámbito del conocimiento verdadero de la humanidad. Debemos atinar en que el cálculo y la mecánica proceden de la experiencia material y la fe procede de la experiencia espiritual. Resulta imprescindible establecer un paralelismo entre conceptos que parecen alejados pero son cercanos.

En cambio el concepto de la creencia religiosa, al igual que el resto de las creencias, forma parte del ámbito de la ilustración que se sustenta en el pensamiento teórico y, en consecuencia, es ajena al conocimiento.

El ser humano debe elegir entre seguir un proceso que le lleve a creer sólo en lo que tiene la posibilidad de ver, por el mismo, o seguir un proceso que lo convierta en alguien que sólo puede ver cosas que son expresiones de sus creencias.

El proceso que lleva al ser humano a creer sólo en lo que tiene la posibilidad de ver, por el mismo, exige despertar del estado del sueño psíquico en el que permanecen atrapados la mayoría de sus semejantes.

Algunos doctrinarios tienen afición a explicar que la fe es la acción de creer sin ver. Las personas que tienen la mente despierta saben que esto no es verdad. Existe una definición aceptable de fe que dice que es la acción de creer en una cosa que se ve borrosa, pero se va viendo más clara a medida que se lleva a cabo el proceso de evolución de la conciencia.

Hay que atinar en el hecho de que las creencias, de todos los tipos, actúan como somníferos sobre la mente humana y la mantienen sumida en el estado del sueño psíquico. La ideología política y la doctrina religiosa parecen ser cosas muy distintas, pero cumplen la misma función de adormecer la mente humana.

Existe un mundo aparente que no es otra cosa más que un gran entramado de creencias. Las personas que viven atrapadas en alguna creencia, del tipo que sea, no tienen ninguna posibilidad de ver nada más que las cosas que tienen que ver con su creencia y otras creencias que son complementarias o contrarias a la suya.

Las creencias que son antagónicas con otras dan lugar a los pares de cuernos del Diablo que tienen la virtud de retroalimentarse entre ellos. Un ejemplo sencillo de par de cuernos del Diablo es el que conforman las ideologías de derechas e izquierdas sobre todo las más extremistas. Las ideologías políticas todavía tienen la posibilidad de atrapar a la mayoría de los ciudadanos que tienen la mente dormida mientras estos se sienten liberados de la doctrina religiosa.

El ser humano tiene la posibilidad de escapar de la influencia de los somníferos de todos los tipos con objeto de seguir un proceso que le permita alcanzar el estado de la mente despierta que lleva a contemplar el mundo real que se esconde tras el mundo aparente.

La única manera que existe de escapar del estado del sueño psíquico consiste en desarrollar la experiencia material y la experiencia espiritual, a la vez, con objeto de descubrir que existe una relación entre ellas. El refrán castellano que reza: “A Dios rogando, pero con el mazo dando” es una expresión feliz de esta experiencia superior que permite al ser humano alcanzar el estado de la mente despierta.

Add Comment