La fuerza de los movimientos sociales pacíficos, masivos y plurales
El segundo año del segundo decenio del Siglo XXI ha sorprendido a los hombres y mujeres pensantes con el fenómeno que ha sido denominado con el título de la Primavera Árabe.
El primer elemento que llama la atención de este fenómeno es que se ha desencadenado en el momento que existen las redes sociales que permiten que un mensaje atinado se extienda, como una mancha de aceite, por amplios segmentos de la sociedad.
Las redes sociales han mostrado su lado luminoso una vez los estudiosos han empezado a anunciar las desgracias que pueden caer, sobre la humanidad, por causa del lado oscuro de este fenómeno de comunicación de masas que, sin duda, puede alcanzar una potencia extrema hasta el punto de conseguir enloquecer a centenares de miles de hombres y mujeres de mente despierta e idiotizar a docenas de millones de semejantes de mente dormida.
El segundo elemento que llama la atención, en el movimiento inesperado que se extiende por los países árabes, es la legitimidad extraordinaria del mismo personificado en los miles de jóvenes, de ambos sexos, que han obtenido un diploma en una escuela profesional, una escuela técnica o una facultad universitaria, pero no tienen ninguna posibilidad de obtener un empleo acorde con lo que han estudiado.
Es obvio que una sociedad en la que los jóvenes, que han hecho el esfuerzo que exige obtener un título académico y luego no pueden conseguir un empleo, acorde con su vocación y formar su familia, es una sociedad perversa que debe llevar a cabo un cambio profundo.
Lo más interesante del movimiento social, que tiene lugar en varios países árabes, es que tiene carácter masivo, plural y pacífico. Esto significa que el movimiento goza de la simpatía de sectores muy amplios de la sociedad que tienen en común el ansia de libertad y justicia mientras rechazan la violencia que constituye un signo de identidad, tanto de la minoría de privilegiados que detentan el poder del estado, como de algunos de los grupos que han abrazado el fundamentalismo religioso y, sin duda, gozan de gran influencia en los sectores más ignorantes de la sociedad.
Parece claro que el estado autoritario y corrupto y el fundamentalismo religioso, que clama contra la corrupción, constituyen dos cuernos del Diablo que se retroalimentan muy bien entre ellos y tienen carácter de somníferos dotados de gran potencia hasta el punto de que mantienen sumidos, en el estado del sueño psíquico, tanto a la minoría social que se beneficia del estado autoritario como a una segunda minoría, mucho más amplia, que se identifica con el fundamentalismo religioso.
Lo más interesante de todo es constatar que, a pesar de la potencia extrema de los dos cuernos del Diablo, aparece un movimiento, de tipo nuevo, que tiene las características de ser masivo, pacífico y plural porque se sostiene en el derecho incuestionable de los jóvenes a obtener un empleo y formar una familia.
Ahora mismo hay pocos reporteros auténticos como los que hubo en la segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo hay algunos de buenos que consiguen entrevistar a los actores anónimos del movimiento que son jóvenes que pueden ser mecánicos, electricistas, maestros, ingenieros y médicos que no han conseguido un empleo, pero tienen la mente despierta y explican cosas interesantes.
Por lo general los entrevistados pertenecen al género masculino como es lógico en cualquier tema que tiene lugar en el seno de la cultura patriarcal de los árabes. En una única ocasión he conseguido acceder a una entrevista con una chica tunecina, bilingüe y licenciada en biología. La chica muestra tener una mente asombrosamente despierta tanto cuando describe los males del estado autoritario, más o menos derrocado después de la huida del dictador, como cuando explica la razón del carácter masivo, plural y pacífico del movimiento democrático. Lo más interesante de todo aparece cuando la chica explica que la fuerza que la une, al hombre (periodista reprimido) que ha elegido para formar una familia, es que ambos confían, de manera incondicional, en la protección de Dios.
Hay un elemento en este movimiento que me ha impactado más que otros que es el de los oficiales del ejército que han sido ejecutados porque se han negado a ordenar a las tropas disparar sobre una multitud pacífica. Supongo que es la primera vez en la historia que este hecho tan impactante tiene un carácter bastante amplio.
Los semejantes que eligen el martirio en una situación límite de la vida muestran que han despertado del estado del sueño psíquico y han elegido el lado de la luz de la energía hasta el punto de dejar su destino en las manos de Dios.
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