La empatía permite la transmisión de consciencia por el lado de la luz
El conocimiento acumulado por la escuela sagrada de China rompe la contradicción entre espíritu y materia que mantiene atrapada a la cultura de Occidente mientras ésta adquiere una dimensión más o menos global.
El conocimiento acumulado por la escuela sagrada de China se sostiene, en parte, en la experiencia de los ritos sagrados que se celebraban en el Templo del Cielo. Esta experiencia, acumulada a lo largo de siglos, permitió comprobar que existe una correlación entre el rigor de un rito religioso del lado de la luz y la abundancia de una cosecha.
El hecho de someter la eficacia de los ritos religiosos al método empírico de conocimiento es propio de la Civilización China. He hojeado centenares de libros en librerías especializadas en las tradiciones esotéricas y no he hallado nada que tenga un parecido con el conocimiento propio de la escuela sagrada de China.
No descarto que la escuela sagrada de la India accediera a un conocimiento de este mismo tipo. Contemplo esta posibilidad por el hecho de que el valor de la experiencia personal también está presente en los antiguos textos del Hinduismo al igual como sucede en la Biblia. Es probable que el conocimiento experiencial se haya mantenido vivo en alguna estirpe de maestros que se haya perpetuado en el sector de los tejedores del algodón y los pequeños comerciantes.
El conocimiento acumulado por la escuela sagrada de China se sustenta en mitos legendarios como el del Emperador Amarillo que pudo inventar cosas tan dispares como son el carro y el arte de la cocina. Es muy probable que los mitos fueran inventados con objeto de crear héroes positivos de la conducta humana, pero esto fue posible porque los conceptos experienciales eran muy potentes y tenían carácter irrefutable para las personas que habían alcanzado el estado de la mente despierta.
Las personas cultas de Occidente saben que la antigua filosofía de los chinos tenía dos ramas: El Taoísmo y el Confucianismo. Es posible acercarse al Taoísmo por medio de un texto famoso que es el “Tao Te Qing” que se atribuye a Lao Tse. Es posible tratar de comprender el Confucianismo por medio de los cuatro libros clásicos de esta tradición que recogen algunas de las enseñanzas de Kung Tse y Mong Tse que los occidentales conocen con los nombres de Confucio y Mencio.
El Taoísmo tiene sabor idealista y el Confucianismo tiene sabor materialista, pero ambas ramas de la antigua filosofía de China participan del principio de que el conocimiento verdadero tiene carácter experiencial. Es muy interesante saber que en la época de las antiguas dinastías se decía que el hombre auténticamente sabio era confuciano de día y taoísta de noche.
La Civilización China alcanzó un grado de madurez superior a las demás porque hizo del realismo y el pragmatismo los valores incombustibles que regían la vida de la población. Debemos suponer que ésta sea la explicación de que todos los inventos importantes de la antigüedad se hicieron en el Imperio del Centro y no se hicieron en ningún otro lugar.
Las personas inteligentes deben preguntarse que habría sido de la humanidad sino se hubieran hecho los inventos del cálculo numérico, la mecánica, la pólvora, la brújula, el papel y las artes gráficas.
Alguien puede objetar que el invento de la pólvora no tuvo carácter luminoso. Las cosas no son así, la pólvora permitió explosionar rocas con objeto de construir acequias, canales y caminos públicos. Durante varios siglos la fórmula de la pólvora fue mantenida en secreto. El invento oscuro vendría mucho más tarde y serían las armas de fuego que se desarrollaron, con gran rapidez, una vez hubo llegado a Europa la fórmula mágica del polvo negro que juntaba carbón, azufre y nitrato de potasio en las proporciones adecuadas.
Hay que anotar que la medicina, la acupuntura y la farmacología de los chinos posee una base empírica desde una época que se pierde en la noche de los tiempos. La disciplina recién nacida en Occidente que se denomina inmunología se sustenta en la esencia milenaria de la medicina china. Que yo sepa este fenómeno científico no ha tenido lugar en ninguna otra civilización.
Mi maestro tiene la tesis de que el concepto del guerrero proviene de una tradición que inició algún chamán de las tribus que poblaban el valle del Río Amarillo en la época anterior a la Revolución Neolítica.
Mi maestro tiene el convencimiento de que la primera escuela sagrada fue iniciada por hombres sabios que tenían a su lado una mujer con la que estaban unidos por el destino y la experiencia sagrada, que desarrollaron ambos, se sustentó en los aprendizajes de la satisfacción sexual y la crianza de los niños. Es demostrable que tanto el primero como el segundo de estos aprendizajes no tienen ningún límite.
Estoy de acuerdo con mi maestro en que el hilo conductor más probable de la transmisión de consciencia, por el lado de la luz, sea la empatía mientras que, por el lado de la oscuridad, sea la ambición de poder que va unida a la ausencia de empatía.
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