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El pacto social:  la manera de hacer frente a la dictadura del egoismo

El pacto social: la manera de hacer frente a la dictadura del egoismo

La crisis que ha sacudido el sistema financiero que tiene la sede en la City de Nueva York ha hallado una solución política que ha consistido en echar mano del dinero público para aportar financiación a los temas que poseían un plan de viabilidad realista y dejar caer en el abismo a los que no lo poseían como ha sido el caso de uno de los bancos de negocios más emblemáticos. Como resultado de esta acción ha sucedido que se ha salvado el honor de la plaza financiera desde el momento que la mayoría de inversores han mantenido sus activos intactos y sólo una minoría de ellos han perdido mucho dinero.

Lo que ha sucedido en los Estados Unidos da lugar a un ejemplo que supongo que se seguirá en muchos países donde tienen lugar crisis de los bancos comerciales que pueden ser igual de graves que la que afectó a los bancos de negocios de la City de Nueva York.

Como resultado de este proceso sucederá que los estados deberán prestar a los bancos un dinero que no tendrán más remedio que sacar de otras partidas del presupuesto lo cual comportará un recorte, más o menos grave, de los recursos que sostienen el sistema educativo, el sistema sanitario y el sistema de pensiones además de los que se dedican a la retribución de los empleados públicos.

Este proceso reforzará la tesis que asegura que el poder, superior a todos los demás, tiene carácter político y la prueba de ello es que, en los momentos críticos, deben ser los estados quienes se encargan de resolver los problemas del sistema financiero.

Esta tesis resulta falsa cuando se contempla la existencia de un centro de poder que tiene carácter global, pero no tiene forma institucional. El problema es que este centro de poder  informal sólo puede ser contemplado por alguien que tenga la mente despierta además de una experiencia profesional sólida que le haya obligado a enterarse de cosas que resultan inconcebibles a la mayoría de seres humanos.

Existe la creencia de que el poder del mundo está en posesión de la supuesta “Orden de los Illuminati” o de determinados foros elitistas que celebran un evento solemne una vez al año. Hay que decir, con el máximo respeto, que las personas que afirman estas cosas todavía tienen la mente muy dormida y no saben de lo que hablan.

Los profesionales que tienen una experiencia sólida en la ejecución de proyectos, de muchos ceros, financiados por los bancos multilaterales o de fusiones y adquisiciones de corporaciones multinacionales, se han percatado de que existe un centro de poder que tiene naturaleza financiera y está por encima de los estados y las corporaciones por importantes que sean.

Este centro de poder, de carácter global, dispone de recursos más que suficientes para resolver cualquier crisis financiera, pero ha decidido obligar a los estados a cumplir esta función con el único objeto de acentuar la concentración de la riqueza y aumentar el monto de las deudas públicas generadas de forma injusta.

La existencia de un centro de poder, de carácter global y naturaleza financiera, pone en cuestión el pensamiento liberal por el hecho de que permite adivinar que los mercados, que son realmente importantes, tienen carácter fraudulento por el hecho de que quien tiene poder de decisión, nada menos que sobre la parte del león del dinero líquido, permanece oculto.

Ahora mismo son bastantes los estudiosos que coinciden en  señalar que el elemento decisivo del sistema económico ya no es la producción de bienes y servicios sino la especulación financiera. Llama la atención contemplar a las corporaciones que son poderosas y rentables y poseen un valor elevado en la bolsa mientras su balance delata que se sostienen en un patrimonio negativo. Alguien ha llegado a afirmar que incluso la lógica de los ciclos económicos puede ser manipulada por los especuladores si actúan agrupados tras un centro de poder oculto.

La existencia de un centro de poder oculto que tiene el dominio sobre el sistema económico también pone en cuestión el pensamiento socialista. Esto sucede en el momento que se constata que éste no tiene ninguna opinión acerca del centro del poder real y se limita a tomar decisiones acerca de la configuración de los presupuestos de los estados que se alimentan de la deuda pública que puede incluso desbordarse pos causa de la prima de riesgo y por un sistema fiscal que es injusto por el hecho de que hay un segmento de la sociedad que no contribuye al mismo en la medida que se beneficia del servicio de los paraísos fiscales físicos y ambulantes.

Hay cuatro elementos que forman parte del sistema económico y no pueden ser explicados, con rigor, sino se recurre a la existencia de un centro de poder, de ámbito global, que permanece oculto, pero posee el dominio indiscutido sobre los estados, los bancos centrales y las instituciones que tienen carácter multilateral.

El primero de estos elementos es la existencia de una estrategia misteriosa que determina las cosas importantes que suceden en el mundo y tiene carácter implacable. Los profesionales que se han ocupado de estudiar temas tan importantes como son los sectores del petróleo, la electricidad, la energía nuclear y el armamento no tienen ninguna duda de que existe una mano negra detrás de los hechos que tienen carácter determinante sobre estos cuatro sectores.  

El segundo elemento son los paraísos fiscales, físicos y ambulantes, que cumplen la función de que los ingresos de los estados provengan, en lo esencial, de las clases medias laboriosas (altas, medias y bajas) y las clases trabajadoras cualificadas que incluyen a los trabajadores autónomos, mientras que los más ricos de la pirámide gozan del privilegio de pagar los impuestos que les da la gana.

El tercer elemento es la llamada economía ilegal. Nadie puede evaluar la proporción que ocupa esta economía en el producto bruto del mundo, pero puede suponerse que es bastante elevada y da lugar a una masa enorme de dinero que precisa ser blanqueado o utilizado para corromper a las autoridades, en especial a los jueces y a los altos funcionarios que tienen el poder real en los estados y las instancias multilaterales. Mientras tanto los medios de comunicación se ocupan de divulgar la corrupción que afecta a los políticos que es la menos importante de todas, pero cumple la función de generar el descrédito de los gobernantes hasta el punto de que la mayoría de los ciudadanos ya no se sienten representados por ningún partido político.

El más claro de los cuatro elementos es la impunidad que protege a una minoría ínfima de semejantes que poseen un grado de poder que desborda todos los referentes. Este hecho lo han podido comprobar algunos policías y fiscales, incorruptibles, cuando han tratado de indagar en un tema delictivo más oscuro que otros y han salido malparados.

Las personas que tienen la mente despierta contemplan estos problemas, pero prefieren no pensar en ellos ya que el resultado puede ser la caída en el pesimismo e incluso en un estado depresivo que afecte al rendimiento de su trabajo y la calidad de vida de sus hijos.

Es posible contemplar los grandes problemas que he descrito y hacerlo sin caer en el pesimismo, cuando se conocen las Leyes Cósmicas de la Correspondencia y la Armonía que rigen sobre todas las cosas importantes que han sucedido y siguen sucediendo en el mundo.

La revolución que se ha puesto en marcha, en el campo de la información y la comunicación, da lugar al elemento más visible de la sociedad global del Siglo XXI.

Esta revolución posee un lado oscuro evidente que apunta a la idiotización de centenares de millones de semejantes, atrapados en la pantallita del teléfono, pero también posee un lado luminoso que se expresa por medio de los jóvenes persistentes que consiguen averiguar las cosas que más les interesan quizás por medio de alguien que reside en el otro extremo del planeta.

En este hecho, que está justo en su inicio, puede contemplarse la génesis de un contra-poder inesperado que pueda desencadenar la acción de la Ley Cósmica de la Armonía un día que quizás no esté muy lejano.

Las manifestaciones que tuvieron lugar en las ciudades importantes del mundo, contra la Guerra de Irak, fueron las más masivas que se han contemplado en estas ciudades. Esto sucedió porque interesaron a todas las clases sociales y a todos los grupos que inciden en la opinión pública.

Existe la fórmula del pacto social que ha funcionado con éxito en muchos países en situaciones delicadas de la historia. El pacto social se sustenta en el sacrificio que hacen distintas clases sociales con objeto de obtener algo bueno para todas ellas. Los actores del pacto social son los partidos políticos, los sindicatos y las asociaciones patronales.

En el momento que la humanidad posee las experiencias del pacto social y la manifestación masiva, que es representativa del conjunto de la sociedad, existen los instrumentos para hacer frente al centro de poder informal que posee el dominio sobre el mundo a pesar de que sólo representa a una minoría insignificante de semejantes que son titulares de patrimonios financieros muy cuantiosos domiciliados en paraísos fiscales.

Está posibilidad ahora mismo forma parte de la utopía, pero podrá funcionar el día que exista una masa crítica de ciudadanos, de todos los países, que hayan alcanzado el estado de la mente despierta y hayan elegido el lado de la luz de la energía.

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