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El arquetipo del “dueño del mundo”

El arquetipo del “dueño del mundo”

Se atribuye a Sigmund Freud una sentencia afortunada que dice: “El que ama sufre y el que no ama enferma”.

Supongo que Freud a pesar de la abundancia de la información, acerca del ser humano, que había acumulado, a lo largo de su vida profesional, no había reflexionado acerca de los personajes que no aman y, en consecuencia, enferman, pero mantienen controlada su dolencia en el marco del proceso de iniciación que es propio de una sociedad secreta que cumple el propósito de mantener el dominio sobre un determinado centro de poder que seguramente forma parte del ámbito financiero.

Tengo el convencimiento de que existe el modelo del llamado superhombre que se sustenta en una experiencia muy antigua. Algunos autores han tratado de acercarse al mismo desde el prisma de la mente dormida y han dicho cosas, más o menos disparatadas, que han resultado sugerentes a los semejantes que tienen la mente sumida en el estado del sueño psíquico al igual que él.

No es difícil identificar el modelo del superhombre, desde el prisma de la mente despierta, aunque supongo que todavía es difícil estudiarlo, por medio de tesis doctorales serias, porque es un tema que está muy protegido por las fuerzas cósmicas del lado de la oscuridad.

De acuerdo con mis observaciones la psicología de los semejantes que se han propuesto alcanzar la condición de superhombre con el propósito de hacerse con un asiento en alguno de los tentáculos del pulpo, cuya cabeza es el “Club de los Dueños del Mundo”, es la del paranoico dominador, cínico, perverso y hábil manipulador de las personas que le son útiles para conseguir sus objetivos. Estos últimos pueden ser incluso profesionales muy valiosos que sobreviven con la autoestima herida y la ayuda imprescindible de fármacos antidepresivos.

Dante dejó escondidos muchos códigos interesantes en el texto de “La Divina Comedia” que es una obra que dejaría fluir su pensamiento libre sin apartarse, ni una pulgada, de la doctrina oficial de la Iglesia en una época que ésta estaba protegida por los temibles tribunales de la Santa Inquisición Pontificia. Uno de los códigos más sugerentes que aparecen descritos, por medio de los tercetos rimados, es el del lago helado que preside el noveno círculo concéntrico del Infierno.

El lago helado no es un detalle cualquiera. De acuerdo con lo que yo he observado los semejantes que logran sellar un pacto con Lucifer, con objeto de que éste les conceda el poder e incluso la impunidad en la Tierra, a cambio de quedarse con su alma, han desarrollado un proceso de iniciación que les ha permitido construir un bloque de hielo dentro del corazón.

Las alegorías que han construido las grandes religiones acerca del Infierno son muy interesantes. El fuego, que tiene como combustible el azufre y desprende el dióxido que es un gas irrespirable, podría ser una alegoría del odio de los adeptos de Lucifer que se han perfeccionado menos y ocupan la periferia del Reino del Diablo. Mientras tanto el signo de identidad de los adeptos que se han perfeccionado más, hasta el punto de haber conseguido no sólo el poder sino incluso la impunidad en la Tierra, es la frialdad absoluta personificada por el lago helado que ocupa el corazón del Infierno en el relato afortunado de Dante.

Ha habido autores que han tratado de estudiar las personalidades de Hitler y Stalin y han dejado documentadas sus averiguaciones. En mi opinión el trabajo que hicieron estos estudiosos, acerca de las psicologías de los dos autócratas más famosos de la primera mitad del Siglo XX, puede ser un punto de partida, mejor que otros, a la hora de estudiar las personalidades de los semejantes que se han propuesto alcanzar la condición de “dueño del mundo” aunque su carrera, desprovista de visibilidad, no tiene lugar en el ámbito del poder político sino del poder financiero.

Existe bastante información acerca de hombres e incluso mujeres que son líderes de corporaciones importantes y responden a los parámetros del paranoico de tipo dominador, cínico, perverso y hábil manipulador de profesionales valiosos que sobreviven gracias a los antidepresivos.

En mi opinión estas personas tratan de emular el modelo de los grandes iniciados, del lado de la oscuridad, que han logrado construir un bloque de hielo dentro del corazón lo cual no debe ser sencillo en la medida que el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, lleva dentro el impulso de amar por lo menos a los padres que lo han traído al mundo.

La información acerca de algunos hombres y mujeres que ocupan posiciones determinantes en el sistema financiero del mundo global, sin buscar la visibilidad, está al abasto de los estudiosos por lo menos desde el momento que fallecen. Esta información, difícil de recopilar, es suficiente para elaborar tesis doctorales serias acerca de un elemento esencial del sistema de poder que mantiene el dominio implacable sobre el mundo. Incluso es posible que algunas de estas tesis ya existan.

Debo suponer que las personas que conocen la experiencia increíble de la transmutación de la energía no pueden ser consideradas cien por cien cuerdas desde los parámetros de la psiquiatría clínica vigente. Esto es así porque estas personas han accedido a elementos esenciales de la realidad que no forman parte del paradigma vigente y pueden ser juzgados de delirios. Sin ir más lejos este calificativo puede ser aplicado a algunas de las cosas que se explican en esta publicación.

La mayor de todas las paradojas aparece cuando se descubre que algunos elementos determinantes del sistema de poder secreto que constituyen la esencial del mundo real, que además tiene carácter global desde hace bastantes siglos, son contemplados como delirios por la psiquiatría clínica vigente que forma parte del mundo aparente que tenemos a la vista.

Lo que sucede realmente es que el supuesto delirio es un elemento del mundo real que forma parte el ámbito de la mente despierta mientras que la psiquiatría clínica todavía forma parte del ámbito de la mente dormida. Además sucede que puede permanecer condicionada por los laboratorios farmacéuticos que fabrica las desdichadas pastillas que alivian trastornos reales y supuestos. Mientras tanto puede suceder que el titular del laboratorio sea un paranoico dominador que gane mucho dinero y tenga todos los números para alcanzar la condición de “dueño del mundo” antes de cumplir sesenta años.

El Reino de Dios que fue anunciado por Jesucristo es el mundo real que se esconde tras el mundo aparente que es el Reino de Lucifer. Sin embargo para construir este mundo aparente el Diablo ha precisado usar algún elemento que forma parte del mundo real aunque también ha precisado pervertirlo por medio de su capacidad ilimitada de hacer el mal.

De acuerdo con la Ley Cósmica de la Correspondencia, revelada, de forma sutil, en la Biblia y, de forma madura, a la escuela sagrada de China, no puede existir luz sin oscuridad ni puede existir oscuridad sin luz.

Supongo que la forma rigurosa que permite acercarse a lo que debe ser nada menos que el meollo del conocimiento verdadero de la humanidad, exige contemplar el Reino de Dios como el lado de la luz del mundo real que tiene carácter hegemónico sobre su lado oscuro que es el Reino de Lucifer y, a partir del cual, éste ha edificado el mundo aparente que tenemos a la vista.

Tengo el convencimiento de que las cosas que acabo de escribir podrán ser estudiadas, por un procedimiento científico, en algún momento del Siglo XXI. Quizás podré conversar con los profesionales de la psicología y la psiquiatría que tendrán esta misión y transmitirles las cosas que sea capaz de recordar cuando ya seré un anciano que precisa de la ayuda de un bastón.

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