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Distinguir la consciencia acerca de la realidad de la conciencia moral

Distinguir la consciencia acerca de la realidad de la conciencia moral

La escuela sagrada de China distingue el concepto de la conciencia acerca de la realidad del concepto de la conciencia moral. Esto es así quizás desde antes de que apareciera la escritura ideográfica hace unos cuatro mil años. Este tipo de escritura tiene la cualidad de que jamás pueda haber ninguna confusión acerca de los conceptos importantes de la condición humana por el hecho de que las raíces de los caligramas no engañan.

En la lengua inglesa existen dos vocablos que permiten distinguir la conciencia acerca de la realidad de la conciencia moral. En la lengua castellana resulta inevitable confundir ambos conceptos por el hecho de que existe un vocablo único que los identifica.

Algunos autores usan la palabra conciencia para referirse a la conciencia moral y la palabra consciencia para referirse a la conciencia de la realidad. Me propongo añadirme a este criterio a pesar de que los dos vocablos son demasiado parecidos y mantienen la confusión que sólo se deshace cuando se denomina cognición a las percepciones del mundo aparente y consciencia a las percepciones del mundo real. 

Los términos inconsciente, subconsciente y supraconsciente que usa la psicología se refieren a tipos de percepción del sujeto acerca de la realidad que lo rodea. No hay más remedio que asimilar a esta percepción el término de consciencia cuando es empleado por un psicólogo. Esto no da fin a la confusión ya que los términos enumerados tanto pueden referirse a la cognición, que es el atributo que permite reconocer el mundo aparente, como a la consciencia que es el atributo que permite reconocer los destellos del mundo real. 

Cuando el término conciencia es empleado por un moralista puedo tener la certeza de que se refiere a la conciencia moral y cuando es empleado por un filósofo puedo pensar incluso que el hombre que, sobre el papel, es un profesional del pensamiento es víctima de una confusión muy grave nada menos que acerca de un tema clave de la condición humana.

Mi maestro me explicó que la definición más clara de consciencia que ha sido capaz de hallar en un libro es la que procede del patriarca Job que la calificó de fuente de la inteligencia y luego reconoció que no se halla en el mundo de los vivientes mortales.

La Civilización Occidental posee el tesoro del Libro de Job y tiene la posibilidad de elegir la definición de consciencia que aportó el patriarca una vez hubo demostrado ser el campeón de la fe y la cordura que son las dos caras de la moneda de la consciencia.

El ser humano ordinario tiene acceso a destellos de consciencia, pero no tiene la posibilidad de permanecer mucho rato en el estado consciente de la mente. Este fenómeno es demostrable por un procedimiento empírico y algún día podrá ser estudiado, como se merece, por medio de tesis doctorales serias.

Todas las personas se hacen alguna pregunta especial en algún momento de la vida: ¿Quién soy? ¿Qué hago en el mundo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Existe un creador del Universo? ¿Qué sentido tiene la Creación? ¿Es sensato que traiga un hijo a un mundo que alberga tantos problemas? ¿Por qué ha muerto mi amigo en plena juventud? etc. Las personas que se hacen estas preguntas, por un momento, participan de un destello de consciencia que se desvanece muy pronto.   

En mi opinión la conciencia moral es uno más de los destellos de la consciencia de la realidad que está al abasto de la mayoría de seres humanos, aunque sólo los que se han criado en una familia en la que imperan los valores vertebradores de las grandes civilizaciones de la humanidad han accedido a una explicación racional acerca de este hecho.

La conciencia moral se hace permanente, hasta cierto punto, en los hombres y las mujeres civilizados quizás por el hecho de que se asimila al cumplimiento de las doctrinas religiosas y morales o las leyes civiles y penales.

La Biblia contiene una página clave de la revelación que son los Diez Mandamientos que, al parecer, Moisés obtuvo de la mismísima mano de Dios en la cumbre del Monte Sinaí. Los historiadores ponen en duda el relato del Éxodo. Es probable que los historiadores tengan razón y Moisés no sea un personaje de la historia sino un héroe positivo de la imaginación humana. En cualquiera de los casos los Diez Mandamientos constituyen una página clave de la revelación.

Mi vida profesional ha transcurrido en varios continentes y en todos los lugares donde he tenido la posibilidad de aprender alguna cosa he constatado que existen valores creadores de civilización que, en lo esencial, son coincidentes lo cual me ha llamado mucho la atención. Esto significa que existe una revelación primigenia que es común a todas las civilizaciones.

Los seres humanos civilizados saben que deben respetar a sus padres, deben educar a sus hijos, deben cuidar de los ancianos y las personas desvalidas de la familia, deben ser fieles a su pareja y a los amigos verdaderos, deben decir la verdad y no incurrir jamás en falso testimonio, deben cumplir los contratos y pagar las deudas, deben respetar los intereses ajenos y no apoderarse de nada que no sea suyo. Los semejantes que no saben estas cosas son bárbaros, son cínicos o son locos. En cualquiera de los casos son tipos peligrosos y hay que procurar alejarse de ellos.

De acuerdo con mi experiencia las personas que saben estas cosas muestran que poseen una educación moral, pero no es seguro que posean el don de la conciencia moral que es uno más de los destellos de la conciencia del mundo real que se esconde tras el mundo aparente.

De acuerdo con mi experiencia las personas que se dedican a los negocios ilícitos hacen cosas parecidas en todos los continentes. Este detalle también llama la atención y hace pensar en la existencia de una autoridad única en el mundo de la oscuridad que posee una capacidad enorme a la hora, no sólo de determinar las reglas del juego de la cadena que cuelga de las sociedades secretas, sino también de influir la legislación de la mayoría de países en relación a determinados temas delictivos lo cual es otro asunto que llama mucho la atención.  

Un ejemplo claro acerca de este tema son las leyes que prohíben el comercio de determinadas drogas que son más inofensivas que el alcohol y el tabaco. La distribución clandestina de estas drogas da lugar a un negocio de rentabilidad muy elevada que tiene la posibilidad de tapar bocas y comprar voluntades incluso entre las autoridades que se encargan de la represión del negocio ilegal. Este tema tiene la virtud de empujar a despertar del estado del sueño psíquico, por un instante, a cualquier persona inteligente.

Ha habido bastantes pensadores que se han preguntado acerca de las contradicciones que caracterizan a la mayoría de seres humanos que un día pueden proclamar una cosa y otro día asegurar la contraria, un día pueden actuar de una manera y otro día actuar de otra manera distinta. Ésta característica del ser humano, que no posee la psicología del guerrero, es tan evidente que existe el refrán que proclama que las palabras se las lleva el viento y también existe la figura del fedatario público que garantiza la autenticidad de un contrato que da lugar a una escritura que permanece archivada en un registro.

La consciencia de la realidad y el papel de cada uno en esta realidad poseen una profundidad que aun no ha sido descrita y constituye la gran asignatura pendiente de la humanidad. Mi maestro tiene el convencimiento de que el debate acerca de la consciencia será posible a partir del año 2020. Supongo que este hombre, que es el más sabio de los que he conocido, no se equivoca mucho en su predicción.

El debate acerca de la evolución de la consciencia ha sido preparado por medio del debate acerca de la evolución del universo, la evolución de la vida y la evolución de las especies que, de momento, puede explicar el origen del cuerpo humano, pero todavía no es capaz de explicar la evolución del alma que llevamos dentro.

Los astrofísicos saben que el universo está condenado a la extinción. En mi opinión la única manera que existe de dar un sentido al universo pasa por abordar la evolución de la consciencia ya que tiene la posibilidad de demostrar que la especie humana cumple un propósito que va más allá de su existencia material. Si las cosas son así sucede que la finalidad del Universo es hacerse plenamente consciente lo cual quizás podrá suponer generar un tipo superior de energía mental que no precisará de la existencia de la materia y la energía tal como ambos conceptos son conocidos por los astrofísicos.  

Supongo que habrá muy pocas personas de mi generación y las generaciones anteriores, a la mía, que tendrán la posibilidad de participar en este debate que tendrá carácter global y será el más importante de todos los que se han sucedido a lo largo de la historia.

Hago la hipótesis de que habrá una parte relevante de hombres y mujeres, de las generaciones siguientes a la mía, que no tendrá más remedio que ocuparse del tema de la evolución de la conciencia con objeto de mantenerse cuerdos frente a hechos tremendos que seguramente sucederán, en todos los continentes, por causa de la confrontación entre el centro consciente del lado de la luz y el centro consciente del lado de la oscuridad que no forman parte del mundo terrenal, pero influyen todas las cosas relevantes que suceden en él.

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