Su Tienda de libros para el despertar de la mente y la consciencia
Free Call +34 666269517
Desigualdades justas y desigualdades injustas

Desigualdades justas y desigualdades injustas

Mi maestro me transmitió una enseñanza muy interesante que, al parecer, procede de un letrado, fiel seguidor del pensamiento de Kung Tse (Confucio), que alcanzó la condición de alto dignatario del estado en la época de máximo esplendor de la civilización. La enseñanza se resume en un razonamiento que no deja indiferente a ninguna persona de mente despierta.

El razonamiento dice lo siguiente:

“El estado, por medio de las leyes, tiene el deber de estimular las desigualdades justas y corregir las desigualdades injustas y no puede hacer una de estas labores sino hace la otra”.

El razonamiento confuciano se sustenta en el principio del equilibrio o la armonía que constituye el hilo conductor de todo los que tiene que ver con China hasta el punto de vertebrar el sentido común de los hijos de aquel país.

En este caso contemplamos un razonamiento que tiene la virtud de trascender tanto los principios del pensamiento liberal, que trata de estimular las desigualdades justas, como los principios del pensamiento socialista que trata de corregir las desigualdades injustas. Esto sucede cuando afirma que ambas acciones son igual de necesarias y no puede hacerse una de ellas sino se hace la otra de acuerdo con el principio superior de la armonía.

En el umbral del Siglo XXI, el pensamiento liberal y el pensamiento socialista son dos cuernos del Diablo, dotados de potencia extrema, hasta el punto de que mantienen atrapados a centenares de millones de hombres y mujeres que se identifican con uno u otro cuerno. A todos ellos les es absorbida la energía mental tal como les sucede a los seres humanos que no comprenden el principio superior de la búsqueda de la armonía entre tesis contrapuestas dotadas de gran potencia.

Me percato de hasta que punto soy la persona adecuada para tratar de explicar el razonamiento confuciano impecable por medio del largo relato novelado que estoy escribiendo.

Por un lado sucede que mi experiencia profesional es la de un emprendedor que ha puesto en marcha varias compañías distintas entre ellas y que han vivido vicisitudes, de muchos tipos, en entornos legales y culturales distintos. De acuerdo con esta experiencia entiendo muy bien el papel que juega el emprendedor y sus fieles colaboradores, en el proceso clave que es la creación de riqueza por medio del desarrollo de conceptos creativos, el trabajo duro, el aprendizaje constante y la asumción de riesgos inevitables. Los profesionales que poseen estas experiencias dan lugar a un grupo social que forma parte de la médula sana de la sociedad en todos los países.

Por otro lado sucede que mi mujer es médica y me he impregnado de la experiencia de los profesionales de la sanidad que cumplen la función de sostener el llamado estado del bienestar por medio del sacrificio personal que, a veces, alcanza carácter heroico. Los profesionales que poseen la experiencia de mi mujer dan lugar a otro grupo social que también forma parte de la médula sana de la sociedad en todos los países.

Mi trabajo profesional ha dado lugar a una experiencia que permite identificar valores positivos que pueden entroncarse con el pensamiento liberal e incluso con el pensamiento libertario más serio y sobre todo con una raíz, poco conocida, del pensamiento católico que comparto con un señor que apenas completó los estudios primarios y es el titular de una compañía, cien por cien exportadora, que proporciona trabajo a más de mil vecinos de las poblaciones vecinas al lugar donde están ubicados la industria principal y los talleres de los proveedores.  

El trabajo profesional de mi mujer permite hacer reflexiones paralelas en relación al pensamiento socialista o social-demócrata y las tesis humanistas en las que se sostiene el llamado estado del bienestar que, al parecer, es insostenible sino se somete a un proceso de perfeccionamiento que es complicado porque exige romper los hábitos de comodidad que ha generado en colectivos amplios de la población.

En el momento que se elige la búsqueda de la armonía entre los valores positivos que son fruto de mi experiencia y los que son fruto de la experiencia de mi mujer sucede que se descubre un hilo conductor, de matriz humanista, que, en nuestra civilización procede del magisterio de Jesucristo.

No resulta fácil armonizar valores que han nacido en escenarios que, a primera vista, tienen carácter contradictorio e incluso antagónico. Hay que buscar mucho en Internet hasta que se descubre un ejemplo que permite hacerlo. En este caso ha aparecido un hospital psiquiátrico, en los Estados Unidos, que ha conseguido elevar el nivel de eficiencia de los servicios y reducir la burocracia, al mínimo imprescindible, en base a desarrollar los conceptos del pacto social y la autogestión. En este caso puede contemplarse un grado notable de equilibrio entre una gestión de matriz liberal y el ejercicio responsable del servicio al prójimo que no tiene límite cuando se sustenta en el impulso superior de la compasión.

La confrontación entre los valores de sabor liberal y los valores de sabor socialista, en el plano del discurso, da lugar a los debates políticos interminables que tienen lugar en los parlamentos de las naciones y mantienen atrapados a docenas de millones de ciudadanos de los cinco continentes. Todos estos semejantes se mantienen sumidos en el estado de la mente dormida mientras su energía mental es absorbida por alguien que, por supuesto, no participa de ninguna ideología política.

Es sabido que Confucio atribuyó a reyes de la antigüedad, que incluso podían tener carácter legendario, algunas de las enseñanzas que divulgó y seguramente salieron de su cabeza y tenían su origen en su amplia experiencia en calidad de funcionario eficiente que estuvo al servicio, de varios reinos de la época, sin conseguir que ningún príncipe se lo tomara en serio.

Es probable que mi maestro siga el ejemplo de Confucio y atribuya a un alto dignatario del estado, de una época incierta, una reflexión que ha salido de su cabeza privilegiada.

El acto de humildad que hace un hombre cuando atribuye a alguien, de una época antigua, una reflexión brillante que ha salido de su cabeza es una conducta que añade credibilidad tanto a la reflexión brillante como a su verdadero autor.

Es posible que mi maestro haya influido a algunos dirigentes de la República Popular China por medio de sus reflexiones sabias que se sostienen en el pragmatismo tradicional del país y trascienden las ideologías políticas. En la medida que mi maestro es un señor que no goza de ninguna visibilidad este detalle, más importante que otros, no podrá ser averiguado jamás por ningún estudioso.

He hecho el experimento de transmitir el razonamiento  del letrado confuciano, de una época antigua, a varias personas. Debo anotar que, por lo general, la actitud de un occidental es encogerse de hombros ante la profundidad del razonamiento. En cambio la actitud de un chino es asentir con la cabeza aunque no lo haya acabado de entender. Esto sucede porque la mente de los hijos de la República Popular, heredera del Imperio del Centro, permanece articulada por el principio de la armonía.

La mayoría de los chinos son irreligiosos, pero poseen una mente razonablemente despierta por el hecho de que ésta se mantiene vertebrada por el principio superior del equilibrio o la armonía. En cambio los occidentales, por lo general son más o menos religiosos, pero su mente permanece sumida en el estado del sueño psíquico por el hecho de que se mantiene identificada con los tópicos del pensamiento liberal, el pensamiento socialista, las doctrinas religiosas u otros todavía más irrelevantes.

Add Comment