Descubrir la esencia del poder
La Ley Cósmica de la Correspondencia permite explicar el misterioso equilibrio que entrelaza fenómenos que tienen lugar en el lado de la luz y fenómenos que tienen lugar en el lado de la oscuridad.
Resulta apasionante utilizar la Ley Cósmica de la Correspondencia para explicar el extraño paralelismo que puede ser observado, a lo largo de la historia, entre el fenómeno de las escuelas sagradas y el fenómeno de las sociedades secretas.
Las escuelas sagradas han vertebrado el lado luminoso de las civilizaciones y las grandes religiones de la humanidad sin tener ninguna visibilidad por lo que han pasado desapercibidas a los estudiosos y los profesionales de la historiografía.
Las sociedades secretas se han ocupado de agrupar a los hombres dotados de la ambición verdadera de poseer el poder. Estos hombres no fueron los autócratas estudiados por los historiadores, hasta la saciedad, sino los que tuvieron, en sus manos, los hilos que movían las cortes de los autócratas.
Es razonable hacer la hipótesis de que los auténticos dueños del poder eran los hombres que tenían, en sus manos, el dinero que permitiría financiar una determinada conquista militar por medio de préstamos que serían cancelados gracias a los expolios que van asociados a todas las conquistas sangrientas.
Algunos historiadores se han acercado bastante a la verdad cuando han descubierto indicios que muestran que los usureros judíos permanecían agrupados por medio de sociedades secretas y lo mismo sucedería más tarde con los banqueros genoveses, venecianos y flamencos que tanto pudieron ser judíos como cristianos, pero la sociedad secreta que los agrupaba era una sola.
Los historiadores que han tenido la mente más despierta han adivinado que la función de las sociedades secretas era compensar los riesgos que asumían los usureros cuando financiaban una guerra que terminaba en derrota y no daba lugar a un expolio cuantioso. En este caso el expolio tenía lugar en sentido contrario y la sociedad secreta cumplía la función de ser la caja de compensación.
El hilo conductor de la historia sólo puede ser el dinero en mayúsculas que siempre ha sido manejado por semejantes que han tenido la mente despierta y han permanecido agrupados en sociedades secretas. Es obvio que sólo los historiadores de mente despierta pueden identificar este hilo conductor en las vicisitudes de la historia hasta el punto de percatarse de que un autócrata famoso no fue más que un individuo, dotado de gran soberbia, que tenía la mente completamente dormida y estaba manejado hábilmente por una sociedad secreta.
Es posible hallar, en Internet, una cierta información acerca de las familias que poseen patrimonios inmensos. A estas familias les sucede lo mismo que a los autócratas de otras épocas ya que el verdadero dueño del poder es el señor que mueve los hilos de la fortuna y cuyos apellidos no conoce nadie. Este señor es quien permanece encuadrado por la sociedad secreta que es la verdadera dueña del poder.
La saga de los poseedores del poder no tiene ninguna visibilidad y es inútil tratar de reseguirla por medio de las vicisitudes de las familias que, sobre el papel, son las más ricas de todas.
Por la misma razón es inútil tratar de descubrir ningún detalle acerca del centro de poder, que tiene el dominio sobre el mundo, recurriendo a las listas de los asistentes a los eventos elitistas que se celebran de tanto en tanto. Estos eventos son simples tapaderas de los resortes reales del poder que se mantienen en el más riguroso secreto.
Hay estudiosos que tienen el convencimiento de que el poder permanece ligado a determinadas agrupaciones que tienen carácter discreto o incluso público. Las agrupaciones, examinadas hasta la saciedad, van desde la Masonería a la Orden de los Padres Jesuitas que es mucho más antigua y sin duda posee un lado luminoso y un lado oscuro que ambos son muy potentes. Estas agrupaciones pueden haber actuado como cadenas de transmisión de poder, en algunos momentos de la historia, pero no son las poseedoras del poder que permanece controlado, de forma férrea, por las sociedades secretas que no tienen ninguna visibilidad.
Las personas que han acumulado una experiencia sólida acerca de las cosas que suceden en la realización de proyectos, cuyo coste se cuenta por decenas de miles de dólares, se han percatado de que hay un momento en que aparece, con gran nitidez, una mano invisible que tiene el control sobre el negocio que hay detrás del proyecto.
Las personas que son testigos de este hecho y tienen la mente dormida no se percatan de nada, pero, en el caso de que tengan la mente despierta, se percatan de bastantes cosas aunque sólo hablan de ellas, en voz baja, con un amigo de su confianza que también muestra tener la mente despierta.
Hay que suponer que la mano invisible es la sociedad secreta que se ha ocupado de elegir el proyecto y decidir quienes lo financiarán, así como el presupuesto, el margen y la manera de distribuirlo que alcanzará, en forma de comisiones secretas, a los expertos, los funcionarios y los políticos que se encargarán de explicar el proyecto en los parámetros del mundo aparente que tenemos a la vista.
Mi maestro tiene el convencimiento de que está muy cerca de llegar el momento en que podrá cumplirse la profecía de Jesucristo que anuncia que todos los secretos quedarán al descubierto. Es obvio que la profecía deberá cumplirse tanto por las cosas que afectan al lado de la luz como por las que afectan al lado de la oscuridad.
Debo recurrir a la Ley Cósmica de la Correspondencia y hacer la hipótesis de que existe un paralelismo, más o menos exacto, entre los fenómenos que tienen lugar en las escuelas sagradas y los que tienen lugar en las sociedades secretas.
La hipótesis permite adivinar que, mientras en el lado de la luz, el proceso de iniciación consiste en que el guerrero alcance un grado de conciencia progresivo del mundo real manteniendo la mente cuerda, lo cual se consigue incrementando el caudal de energía primordial que éste es capaz de canalizar, en el lado de la oscuridad el proceso tiene el objetivo de que el iniciado alcance un grado cada vez más elevado de control sobre la energía invertida.
El proceso de iniciación debe tener un paralelismo en los dos lados de la energía. La diferencia debe ser la naturaleza de los ritos que, en el lado de la oscuridad, tienen carácter espantoso en la medida que incluyen crímenes abominables que permiten al iniciado extirpar de su corazón todo vestigio de humanidad con objeto de alcanzar el hito de conseguir entregar el alma a Lucifer a cambio de que éste le conceda el poder e incluso la impunidad en la Tierra.
Debo suponer que existe una correlación muy exacta entre el control sobre la energía invertida y el control sobre el dinero en mayúsculas. Mi maestro tiene el convencimiento de que el concepto del control sobre la energía invertida, que constituye la esencia del poder, ya tenía bastantes siglos de experiencia cuando se hicieron los inventos oscuros de la especulación y la usura que darían lugar al concepto del dinero en mayúsculas.
No tengo más remedio que basarme en una experiencia muy impactante que forma parte de mi vida y de unas cuantas personas más. Por supuesto que me refiero al rito inter-confesional que permite canalizar la energía mental de Jesucristo y demuestra poseer la fuerza suficiente para disolver los efectos de un rito del lado de la oscuridad que ha demostrado tener un gran poder para influir los flujos del dinero en el nivel, por lo menos, de los seis ceros.
El rito inter-confesional, del que tengo experiencia, podría demostrar que la energía mental de Jesucristo es la clave de todo lo cual significa que éste es el líder de la salvación de la humanidad. La experiencia acerca de este rito puede permitir a los hijos de todas las civilizaciones contemplar la hipótesis de que Jesucristo es el Salvador en mayúsculas tal como creen los cristianos.
Esta demostración no resultaría ofensiva a los fieles de ninguna de las grandes religiones de la humanidad ya que todos ellos pueden cumplir una función idéntica en un rito sagrado que, por encima de todo, demuestra el carácter universal de Jesucristo que puede ser contemplado como patrimonio de todas las religiones.
Ahora debo reflexionar acerca de otro tema que también puede ser demostrado por medio del rito inter-confesional que permite canalizar la energía mental de Jesucristo. Esta reflexión debe ser hecha en términos estrictos del balance de energía entre el rito religioso, del lado de la oscuridad, que tiene poder para influir los flujos del dinero y el rito inter-confesional, del lado de la luz, que permite disolver los efectos del primer rito.
Mi experiencia demuestra que el balance puede ser favorable al lado de la luz aunque precisa de un tiempo un poco largo para ello que, en el único caso del que soy testigo, fue de tres años y medio.
Tengo la certeza de que existe una experiencia seria que permite demostrar que la energía mental de Jesucristo tiene poder para vencer el mal nada menos que en el terreno del dinero en mayúsculas que, en el caso que me ocupa, fue el nivel de los seis ceros, pero nada impide pensar que podría funcionar igual en los niveles de siete, ocho, nueve o más ceros hasta donde fuera preciso. Es un hecho evidente que el dinero tiene un límite al igual como lo tiene la energía invertida por el hecho de que precisa de un laborioso proceso de inversión.
Mientras tanto sucede que la energía primordial, que procede de la mente de Dios, tiene carácter infinito. Si es verdad que Jesucristo es el Hijo de Dios o, por lo menos, el Cristo de Dios, que es lo que afirma el Corán, debo suponer que tiene la posibilidad de canalizar la energía primordial sin ningún tipo de límite. Mi experiencia apunta hacia esta posibilidad que podría ser verificada por medio de tesis doctorales serias.
Al final puede ser que el gran misterio de la salvación de la humanidad tenga carácter científico y suceda que los hombres y mujeres de buena voluntad tengan la posibilidad de acceder a la verdad, por la vía de la ciencia empírica, mientras que a Lucifer no le sirva de nada la corrupción espantosa de la religión que constituye la expresión más notable de su talento.
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